El malagueño Alberto Díaz no vivió su mejor domingo del año: en el primer minuto del choque de la cuarta jornada de la Liga Endesa empezó a sangrar tras un encontronazo fortuito con Taylor. Tan duro fue el impacto que incluso tuvo que echarse al suelo. Aun así, se repuso y pudo jugar más de la mitad del partido. Tan solo anotó un punto, pero repartió siete asistencias.

El Pelirrojo no es de los que más suelen destacar en el apartado estadístico, ni mucho menos. De hecho, es uno de los ejemplos más claros de la importancia de los intangibles, a veces minusvalorados, porque suele provocar muchas pérdidas y recuperaciones a través de su magnífica presión y su sobresaliente defensa. Como no siempre se dan de forma directa, es por ello que muchas de las acciones de Díaz quedan sin ser recogidas por estos parámetros numéricos.

El Unicaja ha informado este lunes por la mañana, una vez realizadas todas las pruebas, sobre la lesión que padece el base: una fractura del tabique nasal. Así es como jugó durante los casi 25 minutos que estuvo en pista este domingo (59-73). El club ha aclarado que podrá seguir jugando con una máscara protectora, lo que supone una gran noticia para el propio jugador y, por supuesto, para Ibon Navarro, el entrenador del conjunto costasoleño.

Una gran defensa

Los malacitanos fueron capaces de dejar al equipo catalán en 15 puntos o menos en tres de los cuatro cuartos, un hecho que resultó decisivo para que la victoria volase hacia el sur de Andalucía. Los verdes se impusieron por dos puntos en el primero (13-15) y por solo uno de diferencia tanto en el segundo (15-16) como en el tercero (18-19). Ya al final fue cuando lograron confirmar las buenas sensaciones con un parcial de 13-23 que dejó a los locales por debajo de las seis decenas.

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