No le sentó bien a Alcaraz su condición de nuevo número 1 virtual (no será oficial hasta el próximo lunes) ni la temperatura ambiente de Roma en los albores del duelo. Empezó frío y sin el acierto de otras ocasiones. El veterano Albert Ramos (35) se aprovechó de ello rompiéndole el primer saque al murciano y ganando su servicio para ponerse 2-0 arriba. Era un serio aviso para el veinteañero de El Palmar.
Tomó nota Carlos y se apuntó los dos juegos siguientes para empatar el marcador. La ansiedad del inicio iba desapareciendo y emergía el auténtico Alcaraz. A cada punto se iba soltando más. El veterano aguantaba como podía la reacción del joven y lograba mantener su servicio para irse al 3-3.
Ramos tiraba de oficio y experiencia para que Alcaraz no pusiera tierra por medio pero cuando al murciano se le pone la mirada del tigre el oponente tiene que sacar el paraguas para evitar el chaparrón. La impotencia de Ramos y la pujanza del nuevo número 1 arrojó un 6-4 en el primer set.
Un ciclón en el segundo set
En la segunda manga, Carlos no cometió los mismos errores que en la primera, salió con otro talante y golpes más efectivos para poner un 2-0 a su favor tras romper el servicio de Ramos. El espejismo del inicio se había evaporado. El murciano iba a más y el barcelonés a menos. La confianza permite ajustar más a las líneas e intentar acciones más atrevidas. Eso es lo que hizo Carlos mirando de reojo el marcador.
Una vez alcanzada su velocidad de crucero es casi imposible pararlo. Cuando muestra su catálogo de derechas ganadoras, dejadas y reveses de alto nivel ya sólo queda esperar a saber cuál será el resultado final porque el ganador será él. Remató el partido con un 6-1 que evidenciaba la superioridad del nuevo número 1 del mundo.