Carlos Alcaraz llegaba a esta semifinal, su octava del año, con un espectacular récord de 7-1 en penúltimas rondas. Felix Auger-Aliassime, por su parte, se encontraba en su mejor momento de forma de 2022, con una racha de 11 partidos y dos títulos consecutivos y, lo más importante, con la moral ganada al español, que no le había conseguido ganar ni un solo set en los dos enfrentamientos que habían disputado previamente, el último en la Copa Davis el pasado mes de septiembre.
Ya se vio desde el inicio que el canadiense, actualmente en el noveno puesto de la ATP, no estaba dispuesto a ponerle fin a su dinámica positiva. Tras aguantar el murciano su servicio a duras penas, llegó el octavo juego, en el que pareció que se vino abajo de repente. Con una doble falta, un fallo en la red y otro error no forzado le regaló la ventaja a su rival, que con un misil como saque no dio ninguna opción de contrabreak, no en vano cerró el primer parcial con 20-25 en puntos con su servicio.
Precisamente, el saque es una de las principales armas cuando se juega bajo techo, y Alcaraz no lo pudo encontrar en todo el partido, donde no consiguió ni un solo ace, hizo tres dobles faltas y tan solo pudo ganar el 33% de los puntos disputados con su segundo saque. Todo lo contrario que Auger-Aliassime, que reventó la bola con nueve aces, ninguna doble y estuvo mucho más cómodo soltando el brazo (23-8 en golpes ganadores a su favor).
El segundo set siguió los mismos derroteros que el primero. Lo más sorprendente de todo fue la actitud de un español que parecía resignado a su suerte, todo lo contrario a la energía y garra que suele mostrar. Cuando quiso reaccionar ya estaba 5-2 abajo y con saque de su oponente, que concedió en ese momento la única bola de break de la que dispuso Alcaraz, aunque la salvó y se llevó el choque con una facilidad que nadie hubiera esperado.
En la final, el canadiense se las verá con el ganador del Roberto Bautista-Holger Rune.
"Estoy feliz con mi nivel ante el mejor del mundo"
"He sacado muy bien. Alcaraz no me ha hecho ningún break. Queda un partido, pero está siendo una semana fantástica. He jugado contra el mejor del mundo y estoy feliz con mi nivel", afirmó el canadiense tras el partido.
No es casualidad su buen desempeño en pistas indoor, que las conoce desde bien pequeño y por eso es optimista de cara a esta parte de la temporada: "Jugué mucho en indoor de niño, así que estoy acostumbrado a esta superficie. Tengo ganas de lo que viene en los próximos meses porque sé que puedo jugar a este nivel de manera regular".
Con esta confianza, no le importa a quién se enfrente en la final: "Roberto fue el último que me ganó. Tanto él como Rune son grandes jugadores y con cualquier rival será un partido muy disputado".