Norris vuela y Stroll fracasa en el regreso de la F1 a Shanghai

El Gran Premio de China está de vuelta, y dado que siempre ha sido una de mis carreras favoritas como alguien que creció con ella en la década de 2000, no podría estar más contento.

Sin embargo, como suele ocurrir estos días, las historias más interesantes no se encontraron en la parte delantera, donde Max Verstappen logró la victoria, sino detrás del holandés.

Estas son mis principales conclusiones del fin de semana.

Norris deja claro que es el principal hombre de McLaren

Lando Norris afrontaba esta temporada con el peligro de caer a la sombra de su compañero Oscar Piastri, al que muchos consideran el mayor talento de este deporte desde Verstappen, pero en China dejó muy claro que sigue siendo el piloto principal de McLaren y uno de los mejores de la parrilla.

La vuelta que realizó en condiciones de mojado para conseguir la pole position para la carrera sprint fue una de las mejores que he visto esta temporada, tan buena que se llevó la pole por el mayor margen en una década, y aunque se esforzó demasiado por mantener el liderato al comienzo del sprint y arruinó esa carrera para sí mismo como resultado, lo compensó con creces el domingo, superando a Sergio Pérez a P2 con facilidad a pesar de tener un coche mucho más lento.

La decisión de firmar un nuevo contrato a largo plazo con McLaren fue un riesgo, ya que muchos esperaban que Piastri se estableciera rápidamente como el principal hombre del equipo, pero ahora parece una buena decisión, ya que Norris está en el buen camino para ganar la batalla entre los dos equipos por segundo año consecutivo. Del mismo modo que Red Bull se ha convertido en el equipo de Verstappen, McLaren se está convirtiendo en el suyo.

Ser el número dos de Verstappen, como al parecer tuvo la oportunidad de hacer, podría haberle dado antes esa ansiada primera victoria, pero con él sacando lo mejor de Piastri y el buen desarrollo del equipo británico, sus posibilidades de ser campeón del mundo son mayores donde está.

Se ha ganado todo el apoyo de su equipo, y si además pueden darle un coche de primera, realmente no hay muchos pilotos por los que no apostaría para batirle: Verstappen, Fernando Alonso y Lewis Hamilton quizá, pero me apetece que se enfrente a cualquier otro.

Hamilton acalla las acusaciones de un error de Ferrari

Con Hamilton teniendo un inicio de temporada bastante mediocre y Carlos Sainz deslumbrando, muchos habían empezado a preguntarse si Ferrari había cometido un error al elegir sustituir al segundo por el primero para 2025 y más allá, pero el siete veces campeón del mundo acalló esas habladurías en China.

Como ha hecho tantas veces a lo largo de los años, el de Mercedes dominó las condiciones de mojado para clasificarse segundo en la carrera al sprint y luego hizo la salida perfecta para ponerse en cabeza. Se vio impotente para resistir a Verstappen después de eso, pero no puso un pie equivocado en su camino hacia el segundo lugar antes de escalar del 18º al noveno en la carrera principal.

Clasificarse 18º en primer lugar obviamente no es lo ideal, pero no creo que ese resultado diga nada sobre el ritmo de Hamilton dado que él y el equipo decidieron experimentar con la configuración de su coche para la sesión. Cuando tuvo una puesta a punto con la que se sintió cómodo en Shanghai, se mostró tan rápido como siempre y demostró que no ha perdido ni un ápice de su habilidad en las carreras rueda a rueda.

Teniendo en cuenta que Sainz está conduciendo para salvar su carrera, mientras que Hamilton ya tiene un asiento asegurado para la próxima temporada y no tiene nada importante por lo que luchar en esta, es inevitable que el español esté empujando más fuerte que el británico este año y por lo tanto puede parecer mejor a veces. Sin embargo, haríamos bien en no darle demasiada importancia.

Una vez que se ponga el mono rojo y comience el último proyecto de su carrera, quizás el mayor de todos: luchar por conseguir un octavo título que bata récords y poner fin a la sequía de Ferrari, es de esperar que Hamilton sea tan bueno como cualquiera.

Aston Martin necesita mirar más allá de Lance para avanzar

A Lawrence Stroll, propietario de Aston Martin, le encanta decir, sobre todo a Netlfix, que está en la Fórmula 1 para ganar títulos y que, con su ambición y sus recursos, nadie puede impedírselo. Sin embargo, es difícil tomarle en serio cuando se niega a fichar a un piloto número dos porque el actual es su hijo.

El mal comienzo de temporada deLance alcanzó un nuevo mínimo en Shanghai cuando, sin prestar atención a lo que estaba sucediendo delante de él bajo el Safety Car, chocó contra la parte trasera de Daniel Ricciardo, poniendo fin a la carrera del australiano. Fue un error garrafal, y la reacción del canadiense fue aún peor, negándose a admitir su culpa y llamando a Ricciardo "idiota" y a su merecida sanción "estúpida".

¿Habría cometido un error tan chapucero y dado una respuesta tan poco profesional si no se hubiera permitido el lujo de estar seguro de que mantendría su trabajo a pesar de todo? Lo dudo mucho. Lleva mucho tiempo conduciendo y comportándose como un hombre sin nada en juego. Aunque luchara por mantener su puesto en la parrilla, no creo que fuera lo suficientemente bueno como para ayudar a su padre a ganar carreras y títulos, por muy buen coche que le dieran.

Con el acuerdo de Alonso para quedarse en el futuro inmediato y Honda convirtiéndose en su proveedor de motores, el equipo está en buena forma en todas las demás áreas, pero su techo siempre será demasiado bajo para las ambiciones de su propietario si insiste en tener sólo un piloto de clase mundial puramente por sentimiento y se niega a considerar a pilotos como Sainz, Nico Hulkenberg y Pierre Gasly, todos los cuales mejorarían enormemente el equipo y podrían ser bastante fáciles de conseguir.

"Sabemos que Aston Martin es la casa de Lance. Lo sabemos y todo el proyecto siempre ha girado en torno a él", dijo el director del equipo Mike Krack antes del fin de semana, y mientras ese sea el caso, es muy poco probable que alguna vez sea un proyecto ganador.