Es la Euroliga, es la semifinal con un Clásico entre el Madrid y el Barça. La oportunidad perfecta de luchar por un título acabando con las ilusiones de tu eterno y máximo rival. Es, pues, el momento de las estrellas. En los merengues, Tavares estuvo imperial, como tiene que ser cuando eres el pívot más dominante de Europa. En los culés, Mirotic... ¿jugó? Esa fue una de las claves por las que el Real Madrid volverá a jugar la final y por la que el Barça volverá a quedarse con la de consolación.
Y es que lo bien empieza bien acaba. Salieron mejor los de Chus Mateo, con una defensa muy agresiva de Ndiaye sobre sobre Mirotic y dominando el rebote ofensivo para colocar su primera ventaja (0-6). Los azulgrana, sin medicina para Tavares, huían del caboverdiano para explotar, especialmente fino Abrines, el perímetro. Y les salió de maravilla porque todo lo que anotaron en el primer cuarto fue de 3 (6/9). El Madrid se las apañó para aguantar a los francotiradores azulgranas y llegar igualados a 18 en los primeros diez minutos.
Triples y más triples azulgrana
Con Tavares descansando un ratito -no mucho-, y con la vieja guardia, Chacho y Rudy, ya en cancha, los de Jasikevicius no cambiaron ni un ápice su plan de lanzar desde fuera. Como Hezonja se encargaba ahora de anular a Mirotic (0 puntos en el primer tiempo), fueron Kuric y Jokubaitis los que tomaron el testigo de Abrines para reventar la tímida defensa zonal blanca (30-25, min. 15).
Sangre, sudor... y dientes
La intensidad era tan grande, cada posesión era tan trascendente, que el base lituano se golpeó solito la cabeza con el parqué rompiéndose dos dientes. Su ausencia no afectó al Barça, que siguió, con Satoransky y sus sensacionales fundamentos, estirando el chicle con un +9 que redujo Llull sobre la bocina con una de sus habituales mandarinas. Para qué cambiar. Al descanso, 42-36 para el Barça, con 9 puntos de Abrines, y 10 y 7 rebotes de Tavares.
Tavares, on; Mirotic, off
Es curioso que en choques así, en un Clásico de Final Four, ninguna de las principales armas en ataque, Mirotic y Musa, hubiesen aparecido. En el Madrid el sistema era nutrir de balones a Tavares (16P, 10R, min 30), el único con capacidad de hacer daño. En el Barça se tuvieron que proteger de las faltas, cuatro para Abrines y Sanli, tres para Vesely. Se resintió entonces la defensa hasta el punto de que los de Chus Mateo firmaron un 0-13 para dar la vuelta a la tortilla (47-54, min. 27) y entrar en el último cuarto en ventaja (55-58).
El Chachismo, qué arte
Estaba en apuros el Barça. Enfrente ya había despertado Musa, con 7 puntos, en el tercer cuarto, pero Mirotic seguía a 0. Menos mal para el Barça que Laprovittola estaba on fire para igualar a 58 con otro triple desde la Pampa argentina. Ahí se iluminó, como hizo en el quinto partido ante el Partizán, Sergio Rodríguez. El Chacho fue clave, lideró un 3-11 (61-68, min. 36) que enfadó y mucho a Jasikevicius. Porque ahí estuvo el pase a la final. Por fin Mirotic decidió aparecer, pero la defensa merengue se hizo inexpugnable (63-73, min. 38).
Abrines no dudó para anotar un triple a minuto y medio del final que dio vida a los suyos, pero Hezonja, a 35 segundos, respondió igual para sentenciar la victoria del Real Madrid y repetir la historia del año pasado. Ahora, en la final, tras vencer 66-78, esperan escribir los madridistas una muy distinta ante Olympiacos para llevarse su undécima Euroliga.
Jugador Flashscore del partido: Tavares (Real Madrid).
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