Wolff acaba con los Hispanos y les deja sin final olímpica (25-24)
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El inicio del choque no pudo ser peor para Los Hispanos, que se vieron con un 3-0 en contra y casi seis minutos sin estrenar su casillero de goles. Tuvo que ser Gonzalo Pérez de Vargas quien tirase de intervenciones en su portería para que sus compañeros encontrasen el camino. Parecía que lo peor había pasado con un 6-6, pero superado el ecuador, las paradas de Wolff, con más de un 50 % de acierto, y una exclusión provocaron otro estirón germano (10-6).
Si algo tiene esta España es que no rehúye el cuerpo a cuerpo y es capaz de levantarse cuantas veces sean necesarias. Así que con mucho esfuerzo, con muchas manos en defensa y aun a pesar del meta rival, se las ingeniaron los Odriozola, Casado, Garciandía y Fernández para llegar al descanso con un prometedor 12-12.
Un ritmo infernal
De nuevo como en el comienzo, Alemania salió mejor, con Uscins soltando el brazo. A los españoles les costaba un mundo superar el muro defensivo y, si lo conseguían, ahí estaba Wolff haciéndose gigante. Pintaban feas las cosas con 17-14, pero de nuevo Gonzalo, aunque con menos acierto que su colega de portería, apareció providencial para detener dos ataques seguidos y permitir la reacción que les llevó al 20 iguales en el minuto 45.
Comenzaba un nuevo partido. Y por fin pudieron los Hispanos, con un tanto de Gómez desde la esquina, ponerse por delante a 10 minutos del final (22-23).
Wolff, un muro infranqueable
Los de Jordi Ribera tuvieron varias ocasiones a seis metros mano a mano con el meta, pero Wolff era un pulpo insuperable contra el que chocaban una y otra vez. Así recuperó la ventaja Alemania, que entró a dos minutos uno arriba (25-24). El electrónico no se movió y los Hispanos tuvieron 20 segundos para forzar la prórroga... no fueron capaces y se deberán conformar con igualar el bronce de Tokio.