Mario Balotelli nunca reniega de sí mismo. Y también este año ha hecho una temporada completa en todos los sentidos. A sus 33 años, el ex delantero de la selección italiana no sólo descendió a la Serie B suiza con el Sion, que no abandonaba la primera división desde hacía 17 años.
La temporada no sólo fue mala en el terreno de juego para SuperMario, que sólo marcó seis goles en 18 partidos de liga, con lo que no pudo evitar el descenso de su equipo a la segunda división. Los problemas no acabaron en el verde.
Palizas de carnaval
Según el diario suizo Blick, el delantero italiano habría protagonizado un feo incidente en una fiesta durante el periodo de Carnaval. El director general del Sion, Barthélémy Constantin, había decidido llevar a Balotelli a una fiesta de disfraces, en la que el ex astro italiano se disfrazó de un personaje de la serie "La casa de papel".
Tras ser reconocido por una persona que quería inmortalizarle en una foto, el bresciano se enzarzó presuntamente en una pelea en la que propinó un puñetazo a su propio director deportivo. Al parecer, este último fue fotografiado a su vez con un ojo morado en el siguiente partido contra el St. Gallen, motivo suficiente para desatar la ira de los aficionados, que quemaron la camiseta del italiano desde la grada.
La ilusión de Balotelli
"Con Mario teníamos ilusiones, porque hicimos todo lo posible para que pensara sobre todo en el fútbol, pero no lo conseguimos", palabras del director deportivo, Barth Constantin, al diario Blick.
El directivo suizo continuó revelando insubordinaciones del delantero italiano, como cuando en la concentración de Spagn "el viaje se convirtió en una fiesta para Mario", comentó Constantin.
"Su habitación de hotel era el epicentro de las fiestas. Y una mañana el entrenador Fabio Celestini encontró a Mario borracho en el vestíbulo del hotel', añadió el director deportivo.