"Nunca olvidaré mi primera noche en la cárcel. Cuando oigo a los jugadores quejarse de la presión a la que están sometidos durante una bola de break, me da la risa". El ex campeón de tenis Boris Becker cuenta a L'Équipe Magazine su pasado en la cárcel y su presente en el mundo del tenis, donde ha vuelto para entrenar al danés Holger Rune.
"Ya nada te impresiona cuando has estado en la cárcel"
"Cuando oigo a los jugadores quejarse de la calidad de la comida en la sala, me río. Cuando oigo a los jugadores quejarse de las condiciones de entrenamiento en el campo, me río. Ya nada te impresiona cuando has estado en la cárcel. La primera noche en la cárcel no duermes, no más que la última".
Con Anne-Sophie Bourdet, de L'Équipe Magazine, Boris charló largo y tendido, vestido con pantalón de chándal negro y gorra en la cabeza, casi de incógnito. No se mostró muy dispuesto a hablar de sus meses en la cárcel, donde se dedicó a enseñar filosofía estoica a otros reclusos.
"Si entiendes el estoicismo, nunca te volverás loco"
"Marco Aurelio", dice, "fue uno de sus últimos representantes. El principal consejero del emperador romano era un esclavo discapacitado, Epicteto. Marco Aurelio siempre le decía que se sentía deprimido, enfadado, insatisfecho. Sin embargo, era el rey del mundo. Epicteto, que no tenía nada, sonreía. Éste es el corazón del estoicismo: sólo podemos controlar lo que está en nuestra mente. Y si podemos, ganamos un poder inestimable. Todo lo demás -el amor, el trabajo, los aviones, los juegos- es imposible de mantener a raya y puede volverte loco. Si entiendes el estoicismo, nunca te volverás loco. Fortaleces tu mente y adquieres poder".
"Dije sí a Rune porque me gustan las personalidades fuertes"
Becker dijo sí a Rune porque "me gustan las personalidades fuertes. Creo que el tenis necesita jugadores con carácter, que expresen sus emociones. Si pueden involucrar al público o al árbitro, eso es bueno. Si Holger no respeta las reglas, pagará una multa, como hice yo".