Cárcel y dos años sin pisar el Philips Stadion para el fan del PSV que agredió a Dmitrovic

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Cárcel y dos años sin pisar el Philips Stadion para el fan del PSV que agredió a Dmitrovic

El momento de la agresión a Dmitrovic.
El momento de la agresión a Dmitrovic.Profimedia
Ya se conoce las consecuencias de la agresión que sufrió el portero del Sevilla, Marko Dmitrovic (31), en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League ante el PSV el pasado 23 de febrero. El aficionado neerlandés que protagonizó los hechos ha sido condenado a tres meses de cárcel, uno de ellos en suspenso en caso de que reincida, con un periodo de libertad vigilada de dos años. Además, no podrá entrar al Philips Stadion ni permanecer en sus alrededores durante dos años.

El seguidor del PSV, que responde al nombre de Dylano K., tiene 20 años y ya tenía dos sanciones previas por "delitos en el fútbol" por las que no debería haber podido entrar en el Philips Stadion de Eindhoven, pero encontró la manera de burlar a la seguridad del club neerlandés usando el carné de otra persona en el choque ante el Sevilla que su equipo ganó por 2-0, aunque no le sirvió para clasificarse para los octavos de final.

No contento con eso, saltó al terreno de juego en los minutos finales de la segunda parte del partido en un evidente estado de embriaguez para darle un puñetazo en la cara a Dmitrovic, que no tardó en hacer imponer su mayor fuerza física para reducir a su agresor y esperar a que llegara la ayuda.

El aficionado, además de los tres meses de cárcel que le ha impuesto el juez, ya ha sido despedido de su trabajo y también ha sido expulsado de la peña del PSV "Boys From the South '17" a la que pertenecía. En el juicio, Dylano K., que aseguró no recordar nada del momento porque "todo sucedió superrápido", se mostró arrepentido, aunque más por las amenazas que tanto él como su familia han sufrido desde el incidente: "Fue una estupidez. No pensé en lo que conllevaba todo aquello. No solo para mí, sino también para la familia y los amigos. Lo siento muchísimo".

El juez, que no consideró la embriaguez como una circunstancia atenuante para que sirva como "advertencia para otros que se hacen llamar hinchas, pero creen que pueden simplemente entrar en el campo para agredir a un jugador", comentó que los hechos fueron "una falta de respeto total al portero, a los clubes de fútbol y a los verdaderos seguidores del PSV. Se llama a sí mismo aficionado al fútbol, pero esto no tiene nada que ver". 

Ahora, el PSV afronta una posible dura sanción por parte de la UEFA, que la anunciará el próximo 29 de marzo. Y todo porque su aficionado, en palabras de su abogado, tuvo un "afán de probarse a sí mismo y la necesidad de ser gracioso. Sus límites se difuminaron y no pudo supervisar las consecuencias de lo que hizo".