Milan suma su tercer triunfo en el Giro tras ganar al esprint la 13ª etapa
Durante esta decimotercera etapa totalmente llana, sin incidencia en la clasificación general, Jonathan Milan dominó con comodidad al resto del pelotón para reforzar su maglia ciclamino de la regularidad.
A sus 23 años, el velocista de Lidl-Trek, capaz de destacar también las clásicas, se afirma cada vez más como una de las nuevas estrellas de un ciclismo italiano en depresión desde hace unos años.
Con un físico de decatleta (1,93 m, 84 kilos), sonrisa hollywoodiense, 'el Gigante de Buja', que dio un beso a su novia nada más rebasar la línea de meta, tiene todo para triunfar. Y, después de haber brillado anteriormente en la pista, donde aspirará a un segundo título olímpico en persecución por equipos en París en menos de tres meses, también se ha hecho un nombre como corredor en ruta.
Hasta el punto de crear ya pánico entre sus rivales en los últimos metros, como el declaró el esprínter australiano Kaden Groves antes de la salida: "No creo que sea posible batir a Jonathan hoy en día".
Unas horas después, Milan le dio la razón al levantar los brazos al término de una etapa llana, tímidamente animada por una escapada publicitaria de tres italianos y por un corte del equipo Ineos.
Rezagado en un segundo pelotón a unos sesenta kilómetros para meta, Milan tuvo que realizar un esfuerzo extra para llegar al primer grupo, sin que ello le impidiera imponerse después al polaco Stanislas Aniolkowski (Cofidis) y al alemán Phil Bauhaus (Bahrain).
Etapa "monstruosa" el domingo
"Estoy muy contento y muy orgulloso de mi equipo, que hizo un gran trabajo para alcanzar al primer grupo", declaró el vencedor del día, que ya había conquistado las etapas 4 y 11.
Fue la última ocasión para los velocistas hasta el próximo jueves. Turno ahora para los aspirantes a la general.
Tadej Pogacar conservó la maglia rosa de líder con una cómoda ventaja de 2:40 sobre el colombiano Daniel Martínez, antes de dos jornadas potencialmente decisivas, con una contrarreloj el sábado y una etapa de montaña temible el domingo.
El sábado, las cosas se pondrán serias con la segunda contrarreloj de este Giro, con 31,2 kilómetros de recorrido cerca del lago de Garde entre Castglione delle Stiviere y Desenzano del Garda.
Claro vencedor en la primera crono en Perugia, Pogacar es menos favorito en esta ocasión. "Rindo menos en trazados llanos como una panqueca, como este, pero lo intentaré. A la vez, no se trata de tirar de la reserva porque el día siguiente será realmente duro", indicó el esloveno.
Efectivamente, el domingo espera una etapa de montaña de 220 kilómetros con 5.300 metros de desnivel positivo hasta Livigno, pasando por el Colle San Zeno y el Mortirolo. "Una etapa monstruosa sobre el papel, la más dura que yo haya hecho nunca. Se pueden esperar grandes diferencias", estima Pogacar.
El eslovaco se mantiene como el principal favorito para conquistar el Giro de Italia, que acabará el 26 de mayo.