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Remco Evenepoel, la máquina contra el viento y contra la aguja del reloj

AFP
Remco Evenepoel, en la contrarreloj de París 2024
Remco Evenepoel, en la contrarreloj de París 2024AFP
Remco Evenepoel (24), flamante campeón olímpico de contrarreloj desde este sábado, basa una gran parte de su eficacia en la lucha contra el crono en su aerodinámica perfecta, fruto de una morfología adaptada, de un trabajo específico y de un pasado como futbolista que le ayuda a mantener su posición sobre el sillín.

La escena que refleja su capacidad tuvo lugar el pasado 9 de septiembre. Romain Bardet venía de compartir con Evenepoel una larga escapada en la 14ª etapa de la Vuelta a España, en la que el triunfo parcial fue para el belga.

Apenas recién bajado de su bicicleta, el escalador francés se sinceró: "Ir a su rueda es terrible. En descenso es tan aerodinámico que me veo casi obligado a pedalear a su rueda. Y en llano hago tantos vatios que cuando tomo el relevo es una locura".

Ese es el efecto que causa Evenepoel sobre sus adversarios. Vigente campeón del mundo de contrarreloj, el flamenco respondió este sábado a su rol como uno de los grandes favoritos de la crono olímpica, superando en casi 15 segundos al italiano Filippo Ganna, finalmente medalla de plata.

"Años de trabajo"

Pequeño y ligero (1,71 m, 61 kg) en relación a otros especialistas de la lucha contra el crono, según el antiguo campeón del mundo de contrarreloj Tom Dumoulin el belga posee "el cuerpo perfecto" para cortar el viento.

Y es que su largo busto le permite adoptar una postura ideal sobre la bicicleta que lleva años perfeccionando. "No se adquiere en uno o dos meses. Hay años de trabajo detrás", explicaba a la AFP el belga, que a menudo practica sesiones en el túnel de viento para optimizar los reglajes y el material, desde el casco a los calcetines.

Pero si encontrar la postura más aerodinámica resulta crucial, mantenerla a lo largo de los, por ejemplo, más de 36 minutos que le llevó la crono de París, no es asunto menor.

Y en ese sentido, Evenepoel cuenta con una ventaja respecto al resto; su pasado como futbolista, un deporte en el que llegó a ser capitán en categorías inferiores de la selección belga.

Gracias al fútbol

"En fútbol tuve que hacer muchos ejercicios de fortalecimiento muscular, de estabilización, de estiramientos", confiesa. "Y también trabajar los músculos profundos. Sobre todo la espalda baja, que debe estar muy fuerte. Ese pasado me ayudó sin duda para conservar la posición sobre una bicicleta de contrarreloj".

Mimetizado con su bicicleta formando un solo cuerpo, Evenepoel se convierte en el peor enemigo del viento.

El corredor del Quick-Step registra una potencia enorme a pesar de que la postura poco confortable.

"Es el corredor que encuentra el mayor compromiso entre eficacia aerodinámica y potencia de pedaleo", apunta el griego Vasilis Anastopoulos, antiguo entrenador de Evenepoel en el equipo belga, y "eso le permite un menor gasto de energía para el mismo esfuerzo".

Al contrario que la mayoría de sus colegas, Evenepoel gusta de correr la contrarreloj con los brazos desnudos, tras llegar a la conclusión de que su piel era "más aerodinámica" que todas las mangas largas de maillots que pudo probar.

En la crono de este sábado con salida en Inválidos, edificio que alberga un museo armamentístico, Evenepoel fue una bala para romper el viento y conquistar el oro olímpico.