Puede que esté pasando los momentos más complicados desde que se hizo futbolista. Hay quien dice que es la edad, otros que su carácter no casa con Ten Hag, que su fútbol no encaja en su idea. Pero Cristiano, suplente habitual esta campaña en la que quiso salir del Manchester United, seguirá teniendo una habilidad especial para hacer lo mejor que sabe hacer: marcar goles.
Ante el Everton volvió a salir desde el banquillo. Lo hizo en la primera mitad, eso sí, para suplir a Martial, lesionado. Y en menos de un cuarto de hora, el portugués anotó el 1-2 con el que ponía por delante a los suyos. Era su gol número 700 como profesional de clubes, sin contar los anotados con su selección nacional.
Su estreno, por cierto, en esta edición de la Premier. Recibió el balón al espacio, ganó en carrera a su par y batió al meta rival de tiro cruzado con la izquierda.
20 años y dos después de estrenar su cuenta realizadora como incipiente jugador del Sporting de Lisboa, casi adolescente, ha llegado a esta cifra. Son diez más que los que ha conseguido hasta el momento su gran rival de generación, Leo Messi.
Cristiano anotó sólo cinco tantos con el conjunto lisboeta, pero hizo 450 con el Real Madrid, 101 con la Juventus y, con este, 144 con el Manchester United.