Aunque no haya sido su culpa en absoluto, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), no ha sido nada empática ni flexible y se ha ceñido al reglamento. Si usas una tercera batería en la temporada, tienes una penalización de 10 puestos en la salida. Da igual que haya sido por el desastre de organización, muy viva alrededor del paddock pero sin pensar en los pilotos y en su integridad física. 

Pero a pesar de la pifia, ajena a Carlos Sainz y a Ferrari, es el piloto madrileño y su escudería las que han tenido y tendrán que pagar el pato. "Tengo una penalización de 10 puestos por algo en lo que no he tenido nada que ver. Podéis imaginar lo decepcionado que estoy, no me veréis muy feliz este fin de semana", ha comentado nada más finalizar los Libres 2 a las cuatro de la madrugada. 

"Ha sido un día muy duro. Tuve un golpe muy fuerte en la espalda y el cuello. La alcantarilla que se ha soltado ha destrozado el coche, el chasis, el motor, la batería, incluso mi asiento. El equipo y los mecánicos han hecho un trabajo enorme para tener listo casi un nuevo coche en los Libres 2, un esfuerzo heróico", ha admitido.

Lo que más le duele a Sainz es que su coche va muy bien en Las Vegas y la sanción le va a destrozar la carrera. "El circuito se ajusta mejor a nosotros, calentamos bien los neumáticos para una vuelta. Era optimista, pero estoy tan decepcionado con lo que ha pasado que no quiero hablar mucho del futuro".

Eso sí, el español espera que esto sirve de aprendizaje para que la FIA sea más flexible. "Este es el ejemplo de cómo puede mejorar el deporte. La FIA y el resto de equipos podían haberlo aplicado como una causa de fuerza mayor para que no tuviera la penalización, pero siempre hay gente que quiere hacer la situación peor para un individuo y me toca pagarlo a mí", ha lamentado.