Las calles de Singapur tienden a producir una de las carreras de la temporada o una que se olvida tan pronto como termina el fin de semana, y es justo decir que la edición de 2024 entra en la segunda categoría.
En Marina Bay hubo muy pocas carreras entretenidas, ya que los coches eran demasiado grandes en un circuito estrecho como para que los pilotos pudieran adelantar a menos que tuvieran una gran ventaja sobre el piloto al que perseguían.
Dicho esto, siempre hay algo especial en ver a los mejores pilotos en la cima de su juego, y al menos pudimos experimentarlo durante todo el fin de semana.
Estas son mis principales conclusiones del Gran Premio de Singapur.
Norris está listo para la lucha
Incluso cuando quedó claro que su monoplaza McLaren se había convertido en el más rápido de la parrilla esta temporada, seguía existiendo la duda de si Lando Norris estaba preparado para sacar el máximo partido de ello y presentar batalla por el título, pero después de su victoria en Singapur, creo que podemos borrar esa duda para siempre.
Norris ha estado por encima del resto de pilotos durante todo el fin de semana, consiguiendo la pole con comodidad y luego la victoria con un margen de casi 21 segundos, el segundo mayor de la temporada después del que obtuvo en el Gran Premio de Holanda.
El británico hizo que las cosas parecieran fáciles en Singapur, pero no lo fueron en absoluto. El estrecho circuito y las temperaturas abrasadoras lo convierten en uno de los mayores retos del automovilismo, de ahí que muchos de los que ganan opten por hacerlo no conduciendo lo más rápido posible, sino lo más despacio que puedan. Pasarse toda la carrera conduciendo al límite para abrir la mayor brecha posible es todo un logro.
Hay algo que decir sobre el hecho de que todas las victorias de Norris se han producido cuando ha tenido un coche dominante y que ha flaqueado cuando se le ha puesto bajo presión en una apretada batalla con otros pilotos, pero esa debilidad puede no ser un gran problema para el resto de esta temporada.
Norris ha dejado claro que es capaz de aniquilar al resto del pelotón cuando tiene un coche dominante, y si McLaren puede dárselo más a menudo en las últimas seis rondas, eso puede ser suficiente para que se convierta en campeón del mundo.
Max saca el máximo de su maquinaria
Terminar a más de 20 segundos de tu rival por el título nunca es lo ideal, pero Max Verstappen disfrutó de un fin de semana impresionante en Singapur.
El holandés fue con bastante comodidad el mejor del resto tanto en clasificación como en carrera, lo cual es todo un logro teniendo en cuenta que Red Bull le había dado posiblemente el cuarto mejor coche de la parrilla, como demuestra el hecho de que su compañero de equipo Sergio Pérez se clasificara 13º y terminara la carrera 10º.
Es cierto que Pérez ha estado relativamente mal toda la temporada, pero ganarle por tal diferencia en un circuito urbano -el único tipo de pista en el que el mexicano ha sido capaz de desafiar a Verstappen en sus años juntos en Red Bull- es un verdadero testimonio de lo bien que estaba pilotando el vigente campeón.
Aún mayor es el hecho de que el otro McLaren de Oscar Piastri no fue capaz de acercarse a Verstappen una vez que entró en aire limpio en tercera posición en la segunda mitad de la carrera, apenas reduciendo la diferencia entre ellos a pesar de tener un coche mucho más rápido.
Era fácil olvidar lo buen piloto que es Verstappen cuando dominaba con el mejor coche de la parrilla, pero ahora lo está demostrando de nuevo, obteniendo constantemente el mejor resultado posible.
Puede que tenga una maquinaria más débil, pero su talento por sí solo le da una oportunidad real de ganar su cuarto título consecutivo.
Ricciardo merece más
Verstappen ganará el título si termina segundo tras Norris en cada una de las carreras restantes gracias a que su ex compañero de equipo y buen amigo Daniel Ricciardo le arrebató la vuelta rápida al de McLaren con la que podría resultar ser la última vuelta de su carrera en la Fórmula 1, y el hecho de que nadie fuera de Red Bull sepa si efectivamente fue la despedida del australiano de la F1 es una parodia.
Se ha informado ampliamente de que van a ceder su asiento en el equipo hermano RB al joven talento Liam Lawson para el resto de la temporada 2024. Lo más probable es que esto signifique el final de la etapa de Ricciardo en el deporte, ya que su edad y el hecho de que no haya disfrutado de una campaña impresionante en cuatro años lo convierten en una opción poco atractiva para otros equipos.
Es difícil argumentar que se merezca un puesto en la parrilla debido a sus pobres actuaciones, pero al menos se merece una despedida adecuada por todo lo que ha dado a Red Bull y al deporte en los últimos 13 años. Que lo dejen, pero que al menos anuncien la decisión para que pueda despedirse de sus millones de fans y de la vida que ha tenido durante más de una década.
En lugar de permitírselo, la empresa para la que ha pilotado más de 150 carreras parece haberle echado por la puerta de atrás de la manera menos ceremoniosa posible, recordándonos a todos lo despiadados que pueden llegar a ser.
Tal vez este no sea el final del camino para Ricciardo, pero la emoción que mostró en su entrevista posterior a la carrera sugiere fuertemente que sí lo es. Si es así, es un final indigno para una de las mejores personalidades -y uno de los mejores pilotos en un momento dado- del deporte.
