El australiano, después de dos desastrosas temporadas en McLaren, rescindió su contrato pero se quedó sin un coche competitivo con el que poder competir. Decidió entonces tomarse un año sabático y probar otras especialidades, como hizo su amigo Fernando Alonso.
Pero le llamó Red Bull para que se convirtiera en el suplente de Verstappen y de Sergio Pérez. Por si la relación entre neerlandés y mexicano se ponía más tensa en el box tras lo acontecido en los dos últimos Grandes Premios del año pasado, cuando Max no ayudó a Checo y éste perdió el subcampeonato. Y aceptó.
Ricciardo se ha mantenido hasta ahora al margen, comedido y trabajando en la sombra, pasando muchas horas en el simulador y, de vez en cuando, apareciendo para dar alguna exhibición o para probar neumáticos. Este martes así lo ha hecho en Silverstone con el RB19, para probar unos compuestos Pirelli, con el que Verstappen ganó este pasado domingo el GP de Gran Bretaña.
"Quiero volver a la parrilla el año que viene", ha dicho ya tajante Daniel. "Siento que hay asuntos pendientes. Me mantengo preparado". Toda una declaración de intenciones viendo cómo está sufriendo Pérez, que lleva cinco carreras sin poder entrar en la Q3.
Por si fuera necesario, Verstappen le echa una mano también con declaraciones como las del pasado fin de semana, cuando, aludiendo a la lucha por el Mundial de constructores, dijo que "puedo, de momento, hacerlo solo".
El asiento de Alpha Tauri
Aunque Ricciardo afirma estar cómodo con su rol de tercer piloto, para este 2023, no rehuye la opción de incluso poder correr de manera temporal con Alpha Tauri, el segundo equipo, donde Nick de Vries no está cumpliendo con los objetivos propuestos. "Sería una gran opción", ha reconocido Christian Horner.
Habrá que ver si el aussie lo es para el filial para el que ya, como Toro Rosso, corrió hace unos años, o incluso para ocupar el asiento de Sergio Pérez, ya para 2024.