Norris gana en los muros de Singapur en una carrera enorme de Verstappen, Sainz y Alonso
Se esperaban hostilidades e incluso algún toque, pero fue una salida limpia. Norris mantuvo la pole y Verstappen contuvo a Hamilton a pesar de que el inglés fue el único de los de delante que eligió las gomas blandas. Alonso aguantó su codiciada séptima plaza, no así Sainz, que perdió dos, ante Colapinto -que ganó cuatro- y Pérez, para escapar de la primera vuelta 12º.
Desde ahí, se apreció la enorme dificultad para adelantar. Norris, que rompió su maleficio de poleman, aumentó el ritmo para dejar fuera del DRS a Verstappen y abrir un hueco sideral. Pero poco más ocurrió, pendientes de algún posible coche de seguridad o de gestionar neumáticos.
Qué maniobra de Ferrari
Fue en la vuelta 14 (de 62) cuando ya ocurrió algo interesante. Sainz, hastiado de rodar por detrás de Tsunoda, entró en boxes para realizar su parada y tratar de hacer algo diferente, como un undercut a varios rivales a la vez. Para cuando pararon todos, ya superado el ecuador de la carrera, el madrileño había ganado seis posiciones y era sexto. Y por detrás, Fernando Alonso.
Genial la maniobra de los ingenieros del Cavallino Rampante. La parte mala es que en la parte final sufriría con unas gomas muy viejas. Pero era eso o quedarse fuera de los puntos.
Luego, a 19 vueltas del final, órdenes de equipo, dejó pasar a Leclerc, que había adelantado a Alonso y llegaba con gomas más frescas, para que el monegasco pudiera luchar por alcanzar a Hamilton. Lo hizo sin problemas y casi supera a Russell.
Por delante, en el combate por el podio, Piastri ya había dado buena cuenta de ambos Mercedes y se aseguró subirse al cajón tras los inalcanzables Norris y Verstappen.
Los sustos de Norris
Con casi medio minuto de ventaja sobre el segundo, Norris estuvo a punto de liarla rozando el muro un par de veces. Un despiste monumental, un riesgo excesivo... "tómate una bebida", le dijeron a Lando desde la radio para que mantuviera la concentración y no se la jugase más. Hizo caso y sumó un nuevo triunfo, aunque el Mundial se le ha puesto más difícil porque sólo pudo recortar siete puntos, que podrían haber sido ocho si Ricciardo no hubiera jugado en equipo con Red Bull y le hubiera quitado la vuelta rápida.