Cinco semanas después, regresó la competición a MotoGP. La lluvia en Sevilla es una maravilla, pero en Silverstone, en pleno mes de agosto, no tanto. La novena carrera sprint de la temporada se disputó en mojado, con 10 vueltas por delante y mucho riesgo en el asfalto del trazado más largo del campeonato. 

Jorge Martín, que salía séptimo, partió con ganas y llegó a ponerse primero tras la primera vuelta en una salida fulgurante. Bezzecchi, que tenía la pole, se mantenía delante pero Bagnaia sufría y se veía adelantado por muchos pilotos hasta caer a la 12ª posición. Alex Márquez, tercero en la salida, también quería ser protagonista y se postuló como candidato a la victoria permaneciendo de forma constante en las primeras posiciones. 

Los adelantamientos y cambios de posición eran constantes. Alex Márquez, Jorge Martín, Bezzecchi y Martín eran los más activos. Viñales también se sumó a la fiesta. Alex empezó a tirar y nadie pudo seguirle. Sólo Bezzecchi se acercaba tímidamente. 

La gestión de la carrera de Alex con su Ducati fue impecable mientras su hermano Marc no entraba ni entre los 18 primeros. Asombroso. Tras alcanzar una ventaja de más de un segundo, el 73 se dedicó a conservarla y no cometer errores. Bezzecchi acechaba por detrás por delante de las Aprilia de Viñales y Espargaró y las Ducati de Zarco y Martín, también compañeros de equipo. 

Bezzecchi apretó mucho al final pero Alex aguantó como un titán para llevarse una meritoria victoria por delante del italiano y de Maverick Viñales, que completó el podio. Zarco, Aleix Espargaró y Martín quedaron detrás.

Fue un día pésimo para Pecco Bagnaia, que terminó 14º y peor aún para un desconocido Marc Márquez, cuya mayor alegría fue el primer triunfo en MotoGP de su hermano, del que tantas veces recibió felicitaciones. Esta vez se cambiaron las tornas.