El Barcelona debuta con derrota en casa ante Olympiacos en la Euroliga (70-80)
Afrontaba el Barça el choque ante los atenienses con las bajas de Mirotic -y lo que queda- y de Kuric, pero con el regreso de Cory Higgins, buena nueva para los azulgrana, que comenzaron el encuentro con dos torres, Sanli y Vessely, para anular el poder reboteador e intimidador de Fall y Vezenkov.
No le salió mal el plan a los catalanes en el primer cuarto, donde incluso disfrutaron de una ventaja de 6 puntos (16-10) en el minuto 8 de un cuarto que acabó con apenas variación (16-13).
Las tornas empezaron a cambiar en el segundo parcial cuando Vezenkov empezó a hacer daño en la pintura y Peters amenazaba con dos triples con romper el partido. Ese 25-30 fue un aviso de que, ni siquiera con la entrada de Laprovittola, lo iba a tener fácil el conjunto local para remontar. Al descanso se llegó incluso con uno más de distancia (28-34).
Seguro que hubo charla agresiva de Jasikevicius en el vestuario porque la imagen del Barça fue otra. Ya no sólo porque Abrines despertase de su letargo sino porque por apareció la agresividad y la intensidad defensiva. Así se explica la remontada (39-38) después de un 5-0... que fue devuelto de inmediato por los griegos.
Había igualdad, había tensión. Pero fue bajar un mínimo el listón físico el Barcelona y aprovecharlo Olympiacos con Canaan de protagonista de un 0-11 en la recta final del tercer cuarto. De un 47-46 se pasó a un 47-57 más que peligroso.
Al último acto se entró con ocho abajo. Aún había opciones. El Palau lo sabía y aumentó los decibelios. Higgins hizo acto de presencia con cinco puntos seguidos y el electrónico marcó un interesante 57-60 a seis minutos del final. ¿Qué paso entonces? Que Larentzakis entró en ebullición, anotó tres triples seguidos y ganó el partido para los suyos (70-80).