Era un milagro, y estos pocas veces ocurren. En el Barcelona, con todos los jugadores reunidos en el vestuario dos horas antes de su partido ante el Bayern Munich, esperaban una ayuda del Viktoria Plzen en su visita a Milán para enfrentarse al Inter.
Los checos, que no han podido aún puntuar en esta edición de la Champions, aguantaron con sus armas hasta superada la media hora. Fue Mkhitarayan quien abrió el marcador para los italianos, que poco después, en el 42, ampliarían distancias con el primero de los goles de Dzeko.
Ya en la segunda mitad llegarían otros dos tantos, uno más de Dzeko en el minuto 66 y el que cerró la goleada de Lukaku en el 87. Un resultado que clasifica a los neroazurri y deja sin opciones al Barça.
Por segunda temporada consecutiva, los azulgranas quedan apeados en la fase de grupos de la Champions. Se tendrán que conformar con disputar por segunda temporada consecutiva la Europa Liga, una competición en la que también fracasaron estrepitosamente la pasada campaña.