El joven Korda da la campanada ganando a Medvedev y avanza a octavos en Australia
En la pista donde su padre, el checo Petr Korda, ganó en 1998 este Grand Slam ante el chileno Marcelo Ríos, el número 31 del mundo superó en 2 horas y 59 minutos a Medvedev y se aseguró el pase a octavos de final contra el polaco Hubert Hurkacz.
Con la caída de Medvedev y la del español Rafael Nadal en segunda ronda, es la primera vez que el Abierto de Australia no tiene a sus dos últimos finalistas en octavos desde 2006, cuando Marat Safin no acudió y Lleyton Hewitt perdió su segundo partido.
Con una poderosa derecha, un sólido revés y casi dos metros de altura que lo convertían en un muro en sus frecuentes subidas a la red, Korda se demostró un molesto adversario para quien llegara el año pasado al número 1 del mundo.
Después de un largo primer juego en el que Medvedev salvó tres pelotas de ruptura, Korda rompió el servicio con una derecha ganadora.
Le costó recuperarse al ruso que tanto después de encajar ese quiebre como unos juegos después necesitó tratamiento médico en el brazo derecho.
El actual finalista del torneo pareció enmendar el enredo al empatar el parcial a 4-4, pero en el desempate, después de desperdiciar una pelota de set, el estadounidense se agenció una larga primera manga de 85 minutos.
Menos emoción tuvo el siguiente. Con una ventaja de 3-0 solo empezar, Korda se mostró muy superior a un Medvedev impotente en los golpeos y cerró en apenas 39 minutos la segunda manga con un punto clásico de saque potente y volea en la red.
Cuando todo parecía encarrilado para el joven, con un quiebre temprano en el último set, el ruso igualó nuevamente el parcial y, espoleado de repente, se avanzó a 5-4 tras un juego en blanco con dos saques directos y una volea desde la red.
Pero en un tie-break en el que consiguió una ventaja de 6-1, Korda finalmente definió con un derechazo abierto a la línea después de desaprovechar tres bolas de partido.