En la bendita locura del fútbol ofensivo, reina Suiza ante Serbia (3-2) y está en octavos
No habían pasado ni 30 segundos del inicio de las hostilidades cuando Suiza mostró sus credenciales ofensivas… y Vanja Milinkovic-Savic sus habilidades felinas. Vaya dos paradones milagrosos de uno de los, sin duda, porteros del Mundial. Con el pecho frenó a Embolo y con las manos, sin respirar, a Shaqiri. La empanada de sus compañeros era monumental.
Tardaron estos unos minutos en ubicarse, pero cuando lo hicieron temblaron los palos helvéticos, Fue Zivkovic, con un furioso latigazo, el que metió el miedo en el cuerpo a Kobel, que se encontró de casualidad la bola rechazada por el poste ante la hambrienta mirada de Mitrovic y de Vlahovic. Qué dos delanteros y vaya la que armarían minutos después.
Había alternativas, había ritmo, había ganas de ganar porque el premio para el vencedor era mayúsculo. Nada de defensas ni de medios, todas las fichas apostadas al ataque. Y como si fuera una partida por turnos, le tocaba a los suizos probar fortuna. Por ahí llegó el gol de Shaqiri, con una internada de Ricardo Rodríguez, un mal rechace de la zaga y una dejada de Sow para que el kosovar, nacido en tiempos de ocupación de Serbia, anotase su gol más deseado, más buscado, más sabroso.
A Shaqiri le responde Mitrovic
No le dio tiempo, sin embargo, a disfrutar todo lo que le hubiera gustado. En el turno de los balcánicos, le tocó a Mitrovic firmar otro golazo, este a pase de Tadic. El giro de cabeza del ariete, que venía en carrera adelantándose a Akanji, mejor que no lo intenten en casa si no quieren acabar con tortícolis. Prueben, eso sí, a centrar como el 10 serbio, qué toque sutil y pleno de precisión.
Equilibradas las fuerzas de nuevo, ninguno de los contendientes se dio por vencido. Al contrario, ambos querían más. Le tocaba ofensiva a Suiza y la tuvo Shaqiri de nuevo, pero esta vez no le dejaron espacio para poder armar su zurda y el balón besó la red por fuera. No perdonaría, sin embargo, Vlahovic, quien no quería ser menos que su compañero de fatigas Mitrovic. Para adentro el remate cruzado con la izquierda después de rematar un balón suelto en el área.
Era uno de estos encuentros que recuerdan por qué uno se enamoró del fútbol. O que te da argumentos suficientes para convencer al más incrédulo de que este deporte tiene magia. Una batalla sin cuartel, una velocidad de acción y ejecución que haría saltar todos los radares de una autopista. Una oda ofensiva que hacía disfrutar a propios y a extraños.
¿A quién le tocaba tirar?
Con el 2-1 para Serbia, la flecha indicaba que le tocaba atacar a Suiza. Eligió la banda derecha, en la primera incorporación de Widmer, quien vio a Embolo solo en el segundo palo. Qué mal tirado el fuera de juego y qué bueno el centro lateral y el remate del ariete a puerta vacía para, de nuevo, equilibrar el marcador. Así se llegaría al descanso, con el público extasiado ante lo que acababa de contemplar.
Querían más espectáculo… y lo iban a tener ¡a los dos minutos de la reanudación! Fueron los suizos los que tenían el saque a favor y en su primer acercamiento a Vanja lo iban a aprovechar. Con la precisión de un Rolex, Shaqiri, el más motivado sin duda, se inventó un pase de espuela que dejó a Freuler solo para marcar el tercero. Hubiera sido pecado desaprovechar ese regalo y el tanto, obviamente, subió al marcador.
Con el 3-2, ya sí, a cerrar el partido
Lejos de enfriar el encuentro, que es lo que le convenía a los helvéticos, siguieron buscando unos minutos más el cuarto gol. No les parecía importar correr algunos riesgos, confiando en su acierto goleador. Hasta que, a 20 minutos del final, entendió Murat Yakin que tampoco hacían falta tantas alegrías, que los que tenían que adelantar líneas, que les hacían falta nada menos que dos goles, eran los de Stojkovic. De ahí que moviera el banquillo para mejorar la solidez defensiva.
Y consiguió el efecto deseado, el de dormir el encuentro -salvo alguna trifulca final entre Xaka y toda Serbia-, acabar con la paciencia del rival y asegurar un triunfo que le dio a Suiza el pase a los octavos, donde le espera la Portugal de Cristiano Ronaldo por el mismo camino donde podría enfrentarse a España en cuartos.
Jugador Flashscore del partido: Shaqiri (31).
Todos los detalles, datos e imágenes del partido, en el siguiente enlace: Serbia-Suiza.