Hay un lugar en el mundo del fútbol en el que no hace falta esperar al 31 de octubre para celebrar la noche de Halloween. Se encuentra en el Martínez Valero, en Elche, donde todas las noches de la temporada los locales sufren sustos permanentes. Da igual el que esté enfrente. El problema es que ese equipo, antes de Francisco y ahora de Almirón, sufre el mismo pánico cuando sale de su casa. Así llevan los 12 partidos que han jugado sin conocer la victoria. Cuatro empates y ocho derrotas es un bagaje que les condena casi a la Segunda división. Sin truco ni trato.
Esta vez fue el Getafe el que no tuvo que hacer demasiado para llevarse el triunfo de tierras alicantinas. Después de un par de intentos sin demasiada fe en la primera mitad, llegó en la segunda un buen centro de Aleñá que fue a parar a Enes Unal. El turco, adaptando la posición de su cuerpo para golpear el balón sin moverse del suelo, como si fuese un bailarín experimentado, firmó un golazo imposible de parar incluso para Edgar Badía.
Porque el meta del Elche fue de lo mejor de los suyos salvando en la primera mitad un gol cantado a Borja Mayoral. Y al volver de vestuarios, le sacó otro a Domingos Duarte. Pero he aquí que si Badía estuvo bien, sus compañeros no encontraron la llave de la portería contraria. Creyó tenerla Pere Milla a nada de iniciarse el choque, pero en el Getafe había otro porterazo, David Soria.
Expulsión, penalti y... Soria
Lo demostró en esa acción y volvió a demostrar lo bueno que es aún más cuando el encuentro ya expiraba, cuando los madrileños se habían quedado a falta de diez minutos con uno menos por la evitable expulsión de Amavi. Entonces llegó una mano tonta de Luis Milla que, bajo los criterios del VAR, no tiene discusión. Penalti y a cortarte la extremidad para el siguiente encuentro. Se relamía Lucas Boyé, que tenía claro dónde tirar. Pero su pensamiento se hizo transparente para un Soria que es un parapenalties. Y silenció el Martínez Valero.
Aún quedaba tiempo para la épica, pero sólo Josan pareció saber cómo acercarse a un Soria que volvió a interponerse para despejar un gran disparo y darle los tres puntos a su equipo.
El Elche es un conjunto casi moribundo. Da igual lo bien que plantee los encuentros, lo bien que se asocien en medio campo, lo bien que busquen las bandas con sus dos laterales… no hay forma de que marquen un gol. Lo sabe bien Tete Morente, menuda pitada para el extremo cuando fue sustituido. Ahí se nota cierto rencor. Cierto que no dio una, pero tampoco difirió mucho de sus compañeros. Peor estuvo Boyé, por ejemplo.
Mientras, el Getafe de Quique respira de maravilla con esta victoria que le da aire e impulso para el futuro.
Jugador Flashscore del Elche-Getafe: David Soria.
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