El fútbol no deja de sorprendernos aunque pasen los años. La manera en la que un partido y una competición pueden cambiar en cuestión de minutos hacen que la pasión por este deporte sea lo que hace que se le califique como el deporte rey, y en la noche catarí se vio una clara muestra de ello, con una montaña rusa de sentimientos no apta para cardiacos con final feliz tanto para España como para Japón.
“Si de algo hemos pecado es de tener fe”, comentaba Luis Enrique en la previa avisando de que España ni iba a especular lo más mínimo ni iba a jugar con el resultado para buscar un cruce más favorable, pese a que al inicio del partido ya sabía que se enfrentaría a Marruecos si quedaba segunda de grupo y a Croacia (además de a Brasil en unos potenciales cuartos de final) si quedaba primera.
Dio igual, porque el técnico asturiano, aunque optó por las rotaciones haciendo hasta cinco cambios (Azpilicueta, Pau Torres, Balde, Nico Williams y Morata) respecto al once del empate 1-1 contra Alemania, no quiso que los suyos se relajaran aunque les valiera el empate y España salió a hacer lo que mejor sabe: dominar el encuentro desde el control del balón.
España dominó la primera parte
El seleccionador nipón Hajime Moriyasu, buscando en principio un empate que permitiera a sus Samuráis Azules soñar con los octavos, prefirió ser más conservador y también hizo cambios, especialmente la salida del equipo titular de un pilar en su centro del campo como es Endo para cerrar con tres centrales y con todos los demás japoneses que pudieran ayudar. El pueblo asiático es conocido por su disciplina, aunque intentar hacer lo que uno no sabe puede ser una sentencia de muerte futbolística y más para una selección que siempre se ha caracterizado por su alegría y buen trato de balón.
Porque, pese a que el combinado nipón avisó de inicio con una ocasión de Ito, se encerró con dos líneas de cinco y de cuatro para obstaculizar el avance español y tratar de ser “pesados”, como había apuntado Luis Enrique sobre los dinámicos y rápidos jugadores del país del sol naciente.
Esta táctica suele ser más útil cuando las dos líneas no están demasiado cerca de la portería propia. La lección la aprendió por la fuerza Japón muy pronto, porque en el minuto 11 un preciso centro de Azpilicueta encontró la cabeza de un Morata que se encontraba en el área pequeña. El ariete del Atlético se elevó en el cielo de estadio Internacional Jalifa de Doha para demostrar su fuerte, el juego aéreo, y adelantar a la selección española. El tanto del madrileño supuso, además, el honor de igualar a una leyenda como Telmo Zarra, el único jugador patrio hasta este jueves en anotar tres goles en los tres primeros partidos en un Mundial, en el caso del vasco en la edición de 1950.
Con el 1-0 en el bolsillo, los de Luis Enrique se limitaron a dormir el partido con sus habituales posesiones eternas (la posesión en los primeros 45 minutos fue de un 83% para España). Tener tanto el balón propició que incluso las ocasiones y el peligro nipón salieran de los pies de los jugadores de la Roja. Como ya sucedió ante Alemania, las pérdidas en zonas peligrosas fueron el punto negativo del conjunto español, y de nuevo lo volverían a pagar.
Japón remontó a la heroica
Porque Moriyasu, consciente de su error y de que había tirado una parte del partido con su planteamiento, tuvo la humildad suficiente como para dar un golpe de timón y cambiarles la cara a sus pupilos tras la reanudación. Y vaya si lo logró.
En apenas cinco minutos, los aficionados asiáticos ya se encontraban llorando por una mezcla entre emoción y sorpresa. Aunque, una vez más, contaron con la inestimable ayuda de sus rivales. Aunque Japón presionaba la salida del balón española, la idea suicida de jugar el balón siempre y en todas las circunstancias hizo que Unai Simón, en lugar de despejar bien lejos para que sus compañeros se colocaran, quiso combinar con Balde, que perdió la posesión ante Ito. El esférico llegó a los pies de Ritsu Doan, que acababa de entrar, y se sacó un potente disparo ante el que el portero del Athletic pudo hacer bastante más.
Tres minutos más tarde se consumó la pesadilla para los de Luis Enrique. Un pase raso al segundo palo hizo que Mitoma estirara la pierna lo máximo que pudo para mantener sobre el terreno de juego un balón al límite de salir por la línea de meta. Su esfuerzo tuvo recompensa, porque Ao Tanaka recogió su pase para empujar el esférico al fondo de las mallas. Al principio, el asistente del colegiado Victor Gomes levantó el banderín, pero después se vivieron unos interminables minutos para dilucidar si la barriga de ese balón había quedado sobre la línea o no. Finalmente, se llegó a la decisión de que Mitoma había logrado mantenerlo dentro del campo y a España se le aparecieron de repente todos sus fantasmas históricos.
La situación fue aún más surrealista al conocerse que Costa Rica se había adelantado en su partido ante Alemania. Sin verlas venir, la selección española estaba fuera de un Mundial que había comenzado arrasando con el 7-0 sobre los ticos. Ver para creer.
Un final de infarto
Si en la previa parecía que sería la Roja la que podía echar una mano a la Mannschaft (un triunfo sobre Japón habría hecho buena la victoria germana), la realidad fue radicalmente opuesta. España, sin ideas pese a que su técnico echó el resto metiendo a Ferran Torres, Asensio, Ansu Fati e incluso a Jordi Alba para que se incorporase al ataque, no encontró ninguna fluidez ni ocasiones demasiado claras, por lo que todas las miradas y esperanzas estaban puestas en el otro partido.
Afortunadamente, el teórico hermanamiento entre los países de la Unión Europea llegó a Catar porque Alemania, pese a estar fuera con la victoria de los nipones, remontó tirando de su histórico orgullo para acabar ganando 4-2 y España pudo respirar por fin. Al final, como no hay mal que por bien no venga y siempre hay que ver el lado positivo de las cosas, la derrota incluso podría ser un regalo para los chicos de Luis Enrique, porque el hecho de que Japón quedara primera de grupo hizo que ellos se la jueguen por el lado más complicado del cuadro (en teoría, porque visto lo visto en este Mundial es complicado hacer quinielas) y se tengan que enfrentar a Croacia, mientras que la selección jugará contra Marruecos el próximo martes.
Jugador Flashscore del partido: Doan.
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