Los hinchas del Santos se enfrentan a la policía tras el primer descenso de su historia
El gol encajado en los últimos minutos del partido contra el Fortaleza, el miércoles, fue la gota que colmó el vaso y que los aficionados del Peixe no querían ver.
El empate ya había sellado el descenso del equipo. El segundo gol de Lucero para el Leão do Pici, en el minuto 51, puso fin a la estancia del club en la Serie B del Brasileirão.
En cuanto se confirmó el gol de Lucero, los seguidores del Santos comenzaron a mostrar su enfado lanzando bombas de humo al campo del Vila Belmiro.
Algunos hinchas invadieron el terreno de juego y fueron contenidos por la seguridad y la policía.
Por seguridad, el árbitro Leandro Pedro Vuaden dio por concluido el partido antes de tiempo, y los jugadores del Fortaleza abandonaron pronto el campo para dirigirse a los vestuarios.
La misma actitud adoptó el equipo arbitral.
Los jugadores del Santos, con gritos de protesta, permanecieron en el campo consternados antes de dirigirse a los vestuarios a toda prisa, temiendo las represalias de los aficionados que seguían en las gradas de Vila Belmiro.
Los jugadores tuvieron que ponerse a cubierto para evitar ser golpeados por los objetos que les lanzaron, como sillas, barandillas y piedras.
La policía utilizó gas pimienta para tratar de controlar la situación y muchos aficionados que seguían dentro del estadio se cubrieron la cara.
Caos en el exterior
Fuera del estadio reinaba la confusión y se lanzaron más bombas de humo.
Minutos después del final del partido, la Policía Militar levantó barricadas en el barrio para impedir las protestas, pero los enfrentamientos fueron inevitables.
Se incendiaron coches aparcados en los alrededores del estadio, así como autobuses en más de un punto de la ciudad.
Desde lejos, era posible ver el humo negro de los vehículos incendiados.