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Champions League: Haaland y Lukaku, dos poderosos arietes con historias paralelas

Antonio Moschella
Liga de Campeones, Haaland y Lukaku, dos vírgenes similares con historias paralelas
Liga de Campeones, Haaland y Lukaku, dos vírgenes similares con historias paralelasAFP
Manicurados, potentes y resolutivos, el noruego del City y el belga del Inter son dos perfiles ofensivos del mismo molde, pero con dos historias muy diferentes

Uno es titular indiscutible y cazador precoz de récords goleadores. El otro es un calienta banquillos de lujo en busca de redención en mucho menos tiempo. Erling Haaland y Romelu Lukaku son las dos caras de una misma moneda que hoy bajará lentamente al césped del Estadio Ataturk de Estambul para decidir quién será el rey de Europa entre el Manchester City y el Inter.

Son dos delanteros centro zurdos, sólidos y pesados. Pero tienen dos historias muy distintas, consecuencias de dos destinos opuestos. Porque si el noruego es un hijo del arte y siempre ha aparecido como un jugador predestinado, el belga vino de abajo: nació hijo de emigrantes del Congo y tuvo que pelearse la vida desde el principio, aunque con una predisposición física a los encuentros de alto impacto.

Haaland es titular indiscutible en el ataque de Guardiola, mientras que Lukaku ya no es el que hace dos años hacía las zanjas con sus galopadas en el Inter de Antonio Conte. Y es precisamente en las dos últimas temporadas cuando se ha producido un gigantesco desequilibrio entre el actual máximo goleador de la Liga de Campeones y un reserva de lujo que, a sus 30 años, parece volver a ser aquel que a los 20 fue rechazado por José Mourinho en el Chelsea por su falta de concreción de cara a portería.

Vikingo conquistador

Las estadísticas de Haaland en la Liga de Campeones
Las estadísticas de Haaland en la Liga de CampeonesFlashscore

Haaland tiene en su pie izquierdo el hacha del Berserker, los guerreros vikingos que antes de la batalla entraban en un estado de límpido trance, entrecerrando los ojos y con el único objetivo de destruir al adversario. 35 goles en sólo 29 partidos de la Liga de Campeones es un espectacular botín de guerra que el proverbial francotirador escandinavo no sólo quiere mejorar, sino que pretende capitalizar. ¿Y qué mejor manera que ganar el trofeo esta noche?

Tanto Haaland como sus compañeros están seguros de que no importará quién decida la final contra el Inter, pero es obvio que en partidos como éste la aportación de un portero habitualmente decisivo marca la diferencia, sobre todo contra un equipo tan experto en no dejar jugar al rival como es el Inter. Seco en los dos enfrentamientos de semifinales contra el Real Madrid, el vikingo ya seguro del título de máximo goleador de la Liga de Campeones querrá mojar la eventual victoria con al menos un gol. Marcar esos ansiados 13 que el destino puede depararle.

El bisonte belga

Romelu Lukaku
Romelu LukakuAFP

Torpe, paquidérmico y poco técnico. Pero dotado de una potencia física devastadora. El bisonte belga , de origen congoleño, siempre ha tenido que luchar contra un dominio del balón poco excelente, que a menudo es un regalo de la madre naturaleza, quien, sin embargo, le había dotado de un cuerpo que, si se estira al máximo, arrastraría al menos dos a la vez. Si no tres.

Aunque está lejos de ser el delantero destructor que arrastró al Inter a la victoria en la liga hace dos años, Lukaku es ese elemento que podría dar la vuelta a la tortilla en una eventual eliminatoria. Su hasta ahora mediocre temporada le ha visto crecer y mejorar notablemente en los últimos periodos. Y no hay que olvidar que sus goles contra el Oporto y el Benfica en la Liga de Campeones fueron cruciales para sacar adelante al Inter.

Remates con la zurda

En común, aparte de sus funciones, Haaland y Lukaku tienen su zurda como prolongación natural de sus belicosas intenciones. El primero ha desarrollado una incisiva técnica de disparo que le ha permitido destacar como un gran lanzador incluso desde lejos. El segundo, por su parte, se ha convertido con los años en un terminal ofensivo más preciso y también hábil desde el punto de penalti, confiando más en la precisión que en la potencia.

Rápido y vertical, el noruego saltará al campo desde el primer minuto para conducir a su equipo a un triunfo que muchos en Manchester llevan años esperando. Y que el destino parece haber servido en bandeja de plata. Fornido y sólido como una roca, el belga esperará su oportunidad desde el banquillo, consciente de que incluso en pocos minutos alguien como él, si se le exige al máximo, puede definir una situación ambigua.

El predestinado frente al hombre hecho a sí mismo. Cada uno de los dos intentará servir el zurdazo al adversario. Los contextos son tan diversos como sus orígenes. El hijo de un África que emigró para escapar de las penurias desafiará al pálido hijo del Norte que creció con las mejores condiciones. Un desafío desigual sobre el papel. Pero el campo puede ser a menudo un juez voluble.