Centro de estadísticas del Girona-Feyenoord
Montilivi presentó ciertos asientos vacíos en sus gradas debido a la lluvia, que amenazaba con aguar la fiesta de los rojiblancos.
La mala racha de los neerlandeses avivaba las aspiraciones de los Tsygankov y compañía y los visitantes buscaron aumentar las dudas de un Girona muy diferente al del año pasado.
Las corrientes traicionaron al Girona
Como el agua era la protagonista, el Girona decidió mimetizarse con el ambiente. Bryan Gil, Miovsky, Iván Martín y sobre todo, Tsygankov eran parte de esa lluvia representando las gotas de agua, que cuanto más se juntan más destructivas son. Esas gotas fluyeron de maravilla combinando lo mejor posible creando cascadas imparables.
El muro neerlandés solo podía achicar las acciones de los gerundenses a corner. Y en un lanzamiento de esquina, el cuarto, fue cuando se abrió la lata para los de Michel. David López, tras una acción defensiva muy pobre de los vistitantes, anotó el primer gol europeo de Montilivi.
Todo parecía ir genial para los locales, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos de lo más inesperado, el Feyenoord empató el encuentro tras otro centro lateral. De nuevo un despiste defensivo en un balón parado pero con otros protagonistas provocó que Yangel Herrera introdujese el balón en su propia meta. Ya no era tan fácil adaptarse al ambiente.
Las desgracias continuaron ya que el caudal ofensivo más prolífico del ataque catalán, Viktor Tsygankov, se marchó lesionado dándole entrada a Danjuma. El cambio le sentó como una bofetada al Girona, que empezó a sufrir.
Llegó el segundo del Feyenoord a manos de Milambo. Un disparo a puerta le bastó a los neerlandeses para anotar dos goles y remontar el primer tanto de David López.
Todo salió mal y el cielo continuó oscureciendo con el error de Gazzaniga. El guardameta falló un pase hacia Iván Martín dejando a un jugador rival solo ante la portería. El jugador vasco del Girona se vio obligado a cometer penalti intentando interceptar el balón, la lluvia ya causaba inundaciones. El portero argentino pudo redimirse deteniendo la pena máxima a Ueda para dar oxígeno a su equipo de cara al segundo tiempo.
El Feyenoord se disfrazó de gato negro
No comenzó de la mejor manera el segundo tiempo para el Girona. Los despistes defensivos continuaron sucediendo y las amenazas del Feyenoord no cesaron.
Y cuando parecía que la suerte empezaba a sonreir porque un centro de Van de Beek que tocó en Hancko se coló dentro de la portería maldita, volvió a salir cruz. En el inicio de la jugada, el autor del centro se encontraba en posición adelantada y el VAR anuló el empate. Al menos los españoles volvieron a meter miedo a Wellenreuther.
El paso de los minutos acomodó al Feyenoord y envalentonó al Girona, que se lanzó al campo rival en busca del punto.
El premio lo obtuvo Miovski con su insistencia. Un mal rechace del guardameta alemán lo aprovechó el delantero macedonio para adelantarse y provocar el penalti a favor de los locales. Montilivi explotó de alegría, pero no era el día del Girona. Al igual que Gazzaniga en la primera mitad, Wellenreuther se resarció de su error deteniendo el disparo de Miovski.
En un ataque inédito por banda izquierda, inédito porque todo lo estaba generando Bryan Gil por derecha, entró Danjuma al área como cuchillo en mantequilla para asistir a Van de Beek, que empató el encuentro a 15 minutos del final con todo el estadio volcado.
Pero cuando van mal dadas no hay nada que hacer. Hancko cabalgó la banda izquierda por primera vez en todo el partido y puso un centro lateral al área pequeña de Gazzaniga. El Girona, que le debió mirar un tuerto antes del partido, vio como Krejci se introducía el balón dentro de su propia portería haciendo el tercero del equipo neerlandés y el segundo gol en propia en contra.
Lo intentaron hasta la última exhalación los de Michel, pero las fuerzas no aguantaron ni los errores ni la mala suerte. Los primeros puntos en Europa tendrán que esperar.
Jugador Flashscore del partido: Milambo