En un ambiente de hostilidad superlativa, con un rival echando fuego por la cabeza desde su salida del vestuario, el Barça mostró una personalidad que a punto estuvo de darle réditos de inmediato. Pero Raphinha pecó de timidez ante la salida desesperada y sin red de Donarumma. Si hubiera metido el pie, otro gallo podría haber cantado.
Fue el primer aviso de los de Xavi, que tardaron en hacerse con la posesión, si bien tampoco les importó. Apenas Asensio, el falso 9 novedad de Luis Enrique en su alineación, inquietó a Ter Stegen con un zurdazo marca de la casa. No hizo mucho más el mallorquín. En cambio, los culés ponían cada vez más nervioso a un fallón Donnarumma. Un error en su salida lo tuvo que arreglar Nuno Mendes sacando sobre la línea el cabezazo de Lewandowski.
El polaco, al que tanto se ha echado de menos esta temporada, completó una primera parte sublime. Cuando Cubarsí se aburrió de frenar a Dembélé y comenzó a enviar pases interiores, el polaco le entendió a las mil maravillas. Controló, se dio la media vuelta e inició la carrera. Un par de rivales se asustaron como el que ve al diablo correr hacia ti, lo que aprovechó para a Yamal. El chaval se la quiso devolver en el corazón del área, Donnarumma llegó antes pero despejó de manera horrible dejando la pelota a Raphinha. Y esta vez no perdonó el brasileño para marcar el 0-1.
Cinco minutos de magia parisina
Nada hacía presagiar la tormenta que estaba a punto de desatarse en el Parque de los Príncipes. Asensio se quedó en el banquillo, reconociendo el técnico del PSG su error en el planteamiento. Barcola entró en su lugar y devolvió a Marquinhos, que había ejercido de lateral derecho, al centro de la zaga para intentar frenar a Lewandowski, lo que no había hecho Lucas Hernández. Y las permutas les salieron de maravilla.
Ni tres minutos se habían jugado cuando Dembélé no tuvo reparos en soltar un zurdazo que dobló los dedos a Ter Stegen para empatar. Y otros tres después, fue Vitinha el que aprovechó una asistencia de Fabián para anotar el 2-1. Tan desatado estaban los galos que Barcola rozó el tercero, pero entre el meta azulgrana y el larguero lo impidieron.
La magia de Pedri
No le quedó otra a Xavi que echar mano del recién recuperado Pedri. Grandísima idea. Lo primero que hizo el canario fue sacar de la chistera un pase maravilloso que Raphinha hizo aún mejor si cabe para poner las tablas.
No hubo mejor respuesta que el gol para bajar el suflé parisino. Pero no demasiado porque el potencial ofensivo de estos es ilimitado. Con Mbappé desaparecido, fueron Barcola y, sobre todo, Dembélé con un disparo al palo, los que rozaron el tercero.
Ay, ay, ay, Donnarumma
Pero en la Champions no vale con amagar, tienes que materializar. Y eso hizo Christensen con la inestimable colaboración, otra vez, de Donnarumma. El danés, que acababa de entrar en el campo, remató en el área pequeña un córner de Gündogan para fusilar a un portero de casi dos metros con miedo al juego aéreo. 2-3 y París silenciado.
El partido entonces se abrió, hubo espacios para todos, pero el marcador se quedó como estaba y el Barça afrontará la vuelta en Montjuic con una ventaja mínima, pero que puede valer su peso en oro.
Jugador Flashscore del partido: Raphinha (Barcelona).