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Scaloni, aquel interino que comparte mesa con Menotti y Bilardo

AFP
Scaloni, seleccionador argentino
Scaloni, seleccionador argentinoAFP
Aquella imagen en Catar rompiendo emocionado en llanto cuando Leandro Paredes lo abrazaba tras conquistar el mundo recoge las memorias de Lionel Scaloni en la Albiceleste, desde el cuestionado interinato hasta sentarse en la exclusiva mesa de César Luis Menotti y Carlos Bilardo.

Sin la robustez del currículum del 'Flaco' o del 'Narigón', próceres de dos formas antagónicas de practicar el fútbol y vivir la vida, Scaloni, con apenas estudios en dirección técnica, fue el sorpresivo sastre que bordeó la tercera estrella en la camiseta de la selección de Argentina.

Todas las dudas y cuestionamientos despertaron cuando Claudio Tapia, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), le entregó a Scaloni el timón del bien más preciado de los argentinos: la selección mayor, la de Maradona, la de Kempes, la de Messi.

Esa misma selección venía de protagonizar un estruendoso papelón en el Mundial-2018, eliminada por Francia en los octavos de final, y, para colmo, destruida por dentro, con Jorge Sampaoli sin crédito ante sus jugadores. "Todo era un auténtico quilombo", como resumió en buena jerga argentina el Kun Agüero.

Tapia llamó uno por uno a aquellos técnicos argentinos que en Europa gozaban de un aura de celebridad dirigiendo afamados clubes. El "muchas gracias, pero no, quizás en otro momento" fue lo que obtuvo como respuesta.

¿Qué alternativas tenía entonces? Mirar de puertas para adentro y fue ahí cuando sin cálculo alguno, sin siquiera imaginar lo que podría pasar tiempo después, le tendió la mano a Scaloni, uno de los asistentes de Sampaoli en Rusia, pero muy del corazón de los jugadores, en especial de Messi.

De la interinidad al primer éxito 

La desbordante pasión por el fútbol en Argentina, y más cuando se trata de la selección, suscitaron las lógicas críticas por su nombramiento como seleccionador interino en septiembre de 2018, haciendo el debut ante Guatemala en un amistoso en Los Ángeles.

Nunca había dirigido un club, apenas fue colaborador en un cuerpo técnico. "Es un gran muchacho, pero no puede dirigir ni el tráfico", se burlaba por aquel entonces Maradona mientras hacía memoria si Scaloni había marcado al menos un gol en la selección.

Trabajador silencioso, metódico y muy receptivo a los planteamientos de sus ilustres colaboradores, los exfutbolistas Pablo Aimar, Walter Samuel y Roberto Ayala, Scaloni diseñó el plan con el que pondría a Messi finalmente en la cima del mundo vestido de albiceleste.

La causa era Messi, y para ello había que formar un grupo alrededor del 10, que se sacrificara por él. Un equipo obrero, renovado, capaz de todo por su máxima estrella, el ídolo para todos los jugadores que fueron convocados.

"Siempre definen los futbolistas. El técnico debe adaptarse a ellos", repetía incansablemente Scaloni mientras comenzaba a sumar millas en el banquillo y Argentina daba muestras de un buen estilo de juego, con notables resultados que acompañaban su gestión.

Fue así como se llegó a la Copa América de 2019 en Brasil. Esa campaña concluyó en las semifinales, precisamente ante el anfitrión en un polémico partido en el que Messi explotó en los micrófonos y tachó a la Conmebol de corrupta.

Superado el trago amargo, Scaloni y su Argentina redoblaron la apuesta. Brasil en plena pandemia volvió a acoger la Copa América en 2021. Esta vez sí fue. La Albiceleste encontró el camino del éxito en el Maracaná ante la verdeamarela de Neymar y levantó el trofeo que no ganaba desde 1993.

El paso a la inmortalidad 

Si habían dudas sobre Scaloni, todas se esfumaron cuando el mundo entero vio a Messi celebrar con 34 años su primer título con la selección absoluta, el que hasta 2021 había sido el escenario de sus más grandes decepciones.

Lo que continuó después fue una historia fantástica hasta llegar a la inmortalidad.

Argentina derrotó a Italia en la Finalissima disputada en junio de 2022 en Wembley, un partido único organizado por la Conmebol y la UEFA para enfrentar a los campeones vigentes de la Copa América y la Eurocopa.

Respetada, ganadora y presentando un invicto histórico de 36 partidos sin derrotas, la Argentina de Scaloni se presentó en diciembre en Catar para disputar el Mundial-2022.

Perdió en el debut contra Arabia Saudita, pero Scaloni mantuvo la calma y llamó a los argentinos a creer. Él sabía lo que había ido a buscar, movió las fichas, dio entrada a tres suplentes que terminaron siendo titulares en todo el Mundial, y mantuvo el libreto del buen fútbol sin importar el rival.

¿Qué pasó después? Argentina ganó el Mundial. Aquella imagen de Scaloni llorando como niño en los brazos de Paredes resumió su historia.

Y aunque aún reniega con vehemencia en estar a la altura de Menotti y Bilardo, Scaloni sí logró conseguir algo que sus dos ilustres compañeros de mesa no pudieron: el doblete Copa América-Mundial.