Lucas Torró, el exmadridista que hizo soñar a Osasuna con la Copa del Rey
Lucas Torró (28) estuvo cerca de acaparar muchos titulares tras la final de la Copa del Rey. Generó nervios en el Real Madrid con un trallazo desde fuera del área que superó a Thibaut Courtois (30) y se convirtió, al menos de forma provisional, en el héroe de la afición de Osasuna. Su gol, que acercó el tiempo extra, podría haber sido decisivo. Nada de eso ocurrió porque la imparable conexión brasileña dinamitó un envite que estuvo competido hasta los últimos minutos.
El jugador alicantino, una pieza fundamental para Jagoba Arrasate, pasó por las canteras del Ontiyent, el Alcoyano y el Hércules, clubes de referencia en la provincia. Aún era juvenil cuando dio un salto importante en su carrera, sobre todo porque llamar la atención del Madrid -ganó el torneo copero- a esa edad, el paso previo a la categoría sénior, no es ni mucho menos sencillo. Tampoco lo es, por supuesto, ganarse una plaza para formar parte del Castilla.
"Humilde y trabajador"
Antes de poner rumbo al Real Oviedo en calidad de cedido, disfrutó de la experiencia de jugar con el segundo equipo blanco, aunque no llegó a debutar con los mayores. Compartió vestuario en la capital con futbolistas como Lucas Vázquez, Raúl de Tomás, José Rodríguez, Omar Mascarell, Rubén Sobrino, Fernando Pacheco, Leandro Cabrera o Diego Llorente. Son muchos los jugadores que ahora se ganan el pan en la élite, aunque no todos han tenido la misma suerte.
Ya en Valdedebas se definía de la siguiente forma: "Soy un centrocampista humilde; trabajo para el equipo". Cabe mencionar que llegó a ser internacional con la selección sub-19 e incluso disputó el Europeo de 2013. Su anterior club destacaba entonces su capacidad para "crear peligro con sus incorporaciones al ataque y por su agilidad". Sus principales aptitudes, "recuperar, salir con el balón y distribuir el juego", no han cambiado una década más tarde.
El 'Erasmus' en Frankfurt
Llegó como agente libre a Pamplona y estuvo allí una temporada, pero 12 meses después vivió su primera aventura en el extranjero. Había tenido un papel principal en El Sadar (37 veces se vistió de corto, marcó una diana y repartió seis asistencias en LaLiga) y no le faltaron los pretendientes. Estuvo en el Eintracht de Frankfurt desde 2018 hasta 2020, aunque no jugó todo lo que le hubiera gustado (25 encuentros) y regresó adonde había sido feliz. Sumó siete participaciones en la Europa League.
Ahora, su rol es principal en el que ya es una de las revelaciones del curso. Va camino de completar su tercera temporada y ya ha dejado atrás los 30 partidos. Tiene gran parte de culpa en que los de Jagoba Arrasate hayan llegado al tramo decisivo sin sufrir en Liga, con aspiraciones de alcanzar el séptimo puesto y con un meritorio subcampeonato en Copa. La guinda hubiese sido vencer este sábado en La Cartuja, pero el 2023 va a pasar a la historia de igual manera.