Luka Modric (37) era un hombre feliz al término del histórico 0-4 que el Real Madrid le endosó al Fútbol Club Barcelona en el partido de vuelta de semifinales de Copa, que supuso el pase de los blancos por primera vez en nueve temporadas a la final del torneo del KO, que se disputará en el estadio sevillano de La Cartuja el próximo 6 de mayo ante Osasuna.
El croata llegó en verano de 2012 al club merengue y es de los pocos que quedan de aquella plantilla campeona de Copa, precisamente ante los azulgranas, de la temporada 2013-2014 (entrenada también por Carlo Ancelotti) junto con Carvajal, Nacho, Lucas Vázquez y Benzema, por lo que sabe bien lo mucho que les ha costado volver a estar en el partido por el título:
"La última fue en 2014. Siempre hemos estado cerca y se nos ha escapado muchas veces en semifinales y tal. No se ha podido dar, pero ahora por fin, después de casi 10 años, lo hemos logrado".
Esas fueron las primeras palabras, todavía sobre el terreno de juego, del centrocampista, que participó con una buena asistencia para que Benzema marcase el segundo tanto madridista y que jugó 87 minutos hasta que fue sustituido por Tchouaméni.
Ya en el banquillo y aunque el partido ya estaba decidido, el balcánico siguió muy activo y animando a sus compañeros hasta el pitido final. "Estamos muy contentos y orgullosos por el partidazo que hemos hecho hoy (miércoles) y por todo. Le doy la enhorabuena a todo el equipo y ahora hay que disfrutarlo y festejarlo", concluyó un Modric que buscará su segundo título copero, que sería también el vigésimo del Madrid.