La idea de un Campeonato de Europa de selecciones no fue recibida con mucho entusiasmo a finales de la década de 1950. Casi la mitad de los países miembros de la UEFA (16 de 33) se negaron a participar en la Eurocopa inaugural.
Inglaterra, República Federal de Alemania, Italia, Holanda, Bélgica y Suiza fueron algunos de los países que prefirieron mirar desde la barrera, por lo que Francia, Noruega y Dinamarca fueron los únicos equipos de Europa occidental y septentrional que se opusieron a las selecciones del antiguo bloque comunista en lo que entonces se llamaba Copa de Europa de Naciones.
El formato era totalmente distinto al actual. Los equipos jugaban eliminatorias de ida y vuelta para clasificarse para la minifinal (cuatro equipos) organizada por Francia.
El único equipo que se clasificó sin jugar este duelo eliminatorio fue la URSS. El sorteo había deparado un enfrentamiento con España, pero el General Franco ordenó a la selección nacional que se retirara de la competición para no verse obligada a enarbolar la bandera soviética en suelo español, pero también porque temía una humillación después de que la URSS hubiera aplastado a Polonia por 7-1 en un amistoso disputado en mayo de 1960.
Las dos semifinales del 6 de julio de 1960 enfrentaron a Checoslovaquia contra la URSS (0-3) en Marsella y a Francia contra Yugoslavia (4-5) en París, con derrotas de los anfitriones por 3-1 y 4-2, que ha pasado a la historia como el partido con más goles marcados en una final de la Eurocopa.
Primera final de la Eurocopa
URSS-Yugoslavia fue una final con importantes connotaciones políticas, después de que la nación dirigida por Iosip Tito hubiera sido excluida del Cominform, el grupo de países del bloque comunista de Europa del Este, 12 años antes, una decisión que creó mucha tensión entre ambos bandos.
La final del Parque de los Príncipes llegó a la prórroga (1-1 en el minuto 90), y la URSS se proclamó campeona de Europa por primera vez en su historia gracias a un gol en el minuto 113, que sigue siendo hasta hoy el gol más tardío marcado en una final de la Eurocopa.
"Siempre me gusta recordar aquella final. Tras derrotar a Yugoslavia, la selección soviética se convirtió en la primera campeona de Europa de la historia. Nadie puede olvidar momentos tan gloriosos, ni el público ni los aficionados al fútbol ni los propios jugadores. En lo que a mí respecta, la victoria en el minuto 113 fue la más importante de toda mi carrera. El mérito de ese gol hay que atribuírselo a un magnífico centro de nuestro extremo izquierdo Mikheil Meskhi", declaró años más tarde Viktor Ponedelnik, el autor de la victoria soviética.
También hay que señalar que en aquella época los jugadores no estaban acostumbrados al concepto de prórroga, para muchos de ellos era la primera vez que tenían que jugar 30 minutos más, lo que unido a las duras condiciones del terreno de juego pasó factura al estado físico de muchos, sobre todo porque tampoco se permitían los cambios.
El legendario Yassin
De la selección de la URSS de aquella época destaca el nombre de Lev Yashin, el famoso guardameta que hoy da nombre al trofeo que se entrega al mejor portero en la gala del Balón de Oro.
El propio Yashin es ganador del Balón de Oro, concedido por France Football, pero no lo recibió por aquel éxito de 1960, sino tres años después, convirtiéndose en el primer y hasta ahora único portero de la historia en ganar el prestigioso trofeo.
Santiago Bernabéu, célebre presidente del Real Madrid en aquella época, intentó ficharlo inmediatamente después de la Eurocopa, pero como el régimen comunista no lo permitió, Yashin pondría fin a su carrera en el equipo en el que jugó durante 20 años, el Dinamo de Moscú.
Los jugadores de la URSS recibieron 200 dólares cada uno como premio por ganar la Eurocopa y fueron agasajados en una recepción en la Torre Eiffel tras el partido, donde Ponedelnik recordó su encuentro con el presidente del Madrid: "Estaba dispuesto a comprar la mitad de nuestro equipo, sin dudarlo. Evitamos la conversación".