La generación de jugadores nacidos en 2004 y 2005 reúne a futbolistas magníficos como Akhomach, Barberá, Palacios, Fresneda o Yarek. Italia no se queda corta en talento y planteó un partido alegre y al ataque, alejado de su canon clásico. La primera parte fue de superioridad transalpina. Bruno Iribarne, portero del Almería, fue el gran protagonista, negando el gol en sucesivas ocasiones a los italianos, especialmente a Esposito, jugador de la Juventus, su hombre más peligroso. El 0-0 al descanso fue un triunfo.

En la segunda parte  Italia no perdonó. En el minuto 51, con un disparo que llevaba poca fuerza, Vignato marcó el primer gol del encuentro. Bruno Iribarne, que había estado muy acertado en la primera mitad, encajó un gol muy evitable.Respondió España enseguida con un golazo de Víctor Barberá, el hombre gol de esta selección. El delantero hizo un buen control dentro del área y definió con sutileza buscando la escuadra izquierda de la portería italiana.

Italia tuvo más fe y más juego

Los italianos siguieron intentándolo y, tras un balón al larguero de Vignato, Pisili marcó un gran gol con una “delicatessen” en la definición. Estaban siendo superiores de nuevo los rivales pero, en una acción de fortuna, Yarek aprovechó para meter levemente el pie aprovechando el centro tras una jugada de balón parado. 

Iribarne seguía salvando a España y, gracias a él, los chicos de José Lana continuaban con vida. Los azzurri lo intentaban con más fe y así llegó su tercer gol. Lipani, a la salida de un córner, remató de cabeza y puso a su equipo nuevamente por delante. Ahí terminó el choque. No ocurrió nada más reseñable.

En la final espera la Portugal de Hugo Félix, el hermano de Joao, gran figura de la selección lusa.