París 2024: Desde el oro de España en Barcelona 1992 no hay un campeón europeo en fútbol
"No veré los Juegos porque no me interesan. Los Juegos Olímpicos son un momento de convivencia, son un bello momento deportivo del que el fútbol no forma parte porque no es un deporte olímpico". Michel Platini no parece tener dudas sobre los inconvenientes de invitar a los niños mimados del fútbol, y por tanto carentes (en su opinión) de espíritu deportivo, al evento de los cinco círculos.
"El fútbol sólo está presente en los Juegos Olímpicos porque atrae espectadores y llena los estadios. Y esa es la única razón por la que se incluye en el programa olímpico", añadió el ex presidente de la Uefa en una entrevista concedida a Midi libre. En resumen, nada que ver con el espíritu del barón francés que en 1896 desempolvó los juegos tan famosos entre los antiguos griegos, revisando su formato y asegurando que "lo importante es participar".
En realidad, hasta Platini sabe que el fútbol es uno de los deportes de equipo más tradicionales de los Juegos, si se tiene en cuenta que está incluido en el programa olímpico desde la segunda edición de las Olimpiadas modernas, celebrada en el mismo París en 1900 (el fútbol femenino, en cambio, no fue admitido hasta 1996).
Y, después de todo, ¿cómo dejar de lado el juego que los ingleses exportaron primero al Viejo Continente y los europeos después a todo el mundo, convirtiéndolo en el deporte más popular del planeta?
Del dominio...
A diferencia de la Copa del Mundo, donde las selecciones sudamericanas se impusieron de inmediato, el torneo olímpico de fútbol ha sido durante casi todo un siglo una especie de reserva privada de medallas de oro para los países del Viejo Continente.
Prueba de ello es que, a excepción de la edición de 1904 (ganada por Canadá, que, sin embargo, aún lucía la bandera británica y no la hoja de arce en su pabellón) y las de 1924 y 1928 (en las que se impuso el Uruguay del gran José Leandro Andrade), por lo demás siempre fue una selección europea la que se alzó con el metal más preciado.
Prueba de ello es que, hasta 1992, el dominio europeo en el palmarés de los Juegos fue absoluto: tres títulos para Hungría y Reino Unido, dos para la Unión Soviética y uno para Bélgica, Italia, Suecia, Yugoslavia, Polonia, Alemania del Este, Checoslovaquia, Francia y, por último, España. Una selección en la que estaban Cañizares, Luis Enrique, Guardiola, Kiko o Alfonso.
...a la rápida
El oro de la selección nacional en Barcelona, sin embargo, sigue representando el último triunfo europeo. Desde entonces, de hecho, han sido primero los países africanos (Nigeria en Atlanta 1996 y Camerún en Sidney 2000) y luego, desde 2004, los americanos, que han ganado dos veces con Argentina, otras tantas con Brasil y una con México.
"A los Juegos Olímpicos no van los mejores equipos, sino selecciones sub-23, con tres jugadores que sobrepasan esta edad. La FIFA nunca ha querido que los mejores equipos participen en los Juegos, dejando espacio a selecciones de bajo nivel", acusó Le Roi Michel. Y por eso el torneo olímpico de fútbol carece de interés'. Sobre todo en Europa.