Arda Güler, el “Lamine Yamal” madridista, se lesiona otra vez y su debut se aplaza
Había sido una recuperación larga y tediosa, con operación incluida, del menisco de su rodilla derecha, pero Ancelotti había confirmado que la joven estrella turca estaba en disposición de empezar a jugar partidos oficiales. Güler (18) llegó al Madrid en verano por sorpresa e impactó nada más salir al campo de entrenamiento. El preparador italiano, que no tenía muchas referencias suyas antes de su fichaje, quedó impresionado con su calidad al verlo in situ. El resto del cuerpo técnico y sus compañeros también se sorprendieron por la clase del joven jugador llegado de Fenerbahce.
“Lo lleva en su genética. Tiene un gran talento”, repite Ancelotti cuando le preguntan por él. Sus primeras acciones en las sesiones de preparación se hicieron virales enseguida y la afición madridista estaba deseando ver en acción a una de las grandes apuestas de futuro del club.
Güler, al igual que Lamine Yamal en el Barça, es un jugador vistoso, que une a su eficacia acciones técnicas de gran calibre, destellos de genio que han cautivado al entrenador de Reggiolo. El turco despertó la ilusión y el entusiasmo del madridismo por el potencial que se atisba a un chico que ni siquiera ha debutado aún oficialmente con su nuevo equipo. Han pasado 83 días desde su fichaje y se esperaba que, en esta jornada intersemanal, con la UD Las Palmas como visitante, Güler tuviera unos minutos ante su nueva hinchada si las circunstancias del partido lo permitían. Había gran expectación, pero su nueva lesión ha trastocado los planes.
Ahora habrá que trabajar no sólo a nivel físico, sino también psicológico con un jugador que impactó, al margen de su calidad, por su personalidad. “No voy a salir cedido, quiero triunfar y ser una estrella en el Real Madrid”, dijo el turco, muy seguro de sus posibilidades. La frase encandiló a todos en el club por la firmeza y confianza que transmitió.
La paciencia deberá ser ahora su mejor compañera. Si todo va bien no será un mes y medio de espera, como en la primera ocasión, pero tendrá que volver a la casilla de salida y esperar una nueva oportunidad cuando ahuyente el mal fario.