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Arda Güler impresiona a todos en sus primeros días en el Real Madrid

David Alonso
Arda Güler está deslumbrando con sus detalles técnicos en su recién iniciada etapa en el Madrid.
Arda Güler está deslumbrando con sus detalles técnicos en su recién iniciada etapa en el Madrid.@realmadrid
No ha completado ni una semana de entrenamientos y en Valdebebas ya están convencidos de haber acertado plenamente con el fichaje del turco de 18 años. Ancelotti, el resto de cuerpo técnico y los jugadores que comparten campo con él, están asombrados con la habilidad y destreza del último fichaje madridista. 

Si el miércoles fue un gol suyo tras una ruleta el que se hizo viral, el jueves han sido un remate al a escuadra y un amague ante Lunin los que han entusiasmado a los seguidores madridistas en redes sociales. En apenas cuatro sesiones, Güler ha demostrado que, técnicamente, es un futbolista especial, con un don para el fútbol. Su timidez fuera del campo, aumentada por el desconocimiento del idioma, se transforma en osadía cuando sale al campo. Lo que ha mostrado de su repertorio, hasta el momento, es muy alentador para Ancelotti.

Tiene arte con el balón en los pies y, además de bonito, juega de forma efectiva. Su muestrario de regates, amagues, taconazos y goles han confirmado las buenas sensaciones que había a su llegada. 

Güler tiene muy claro lo que quiere y cómo conseguirlo.
Güler tiene muy claro lo que quiere y cómo conseguirlo.@realmadrid

El punto más débil que han detectado los miembros del cuerpo técnico del Real Madrid es su físico pero Antonio Pintus, el máximo responsable de esa faceta, ya se ha encargado de diseñar un plan específico para fortalecer a la joven promesa turca que está asombrando en su primera semana como madridista. 

Ancelotti quedó impresionado cuando Juni Calafat, jefe de captación, le envió un vídeo para que diese su visto bueno al fichaje. En directo, al italiano le está gustando aún más que entonces. Sabe que tiene una joya en sus manos pero el plan es ir con paciencia y tranquilidad y que nadie le elogie más de lo debido para que tenga siempre los pies en el suelo.