El inglés sorprendió a todos nada más aterrizar en el Real Madrid. Como falso 9, con libertad para asomarse por cualquier lugar del campo, se hartó de marcar goles. Nadie se acordaba de Benzema. Con el avance de la temporada, Ancelotti mutó el sistema y Bellingham retrasó su posición, escorándose en la izquierda y perdiendo parte de su potencial ofensivo.
Ahora se asoma un nuevo cambio de rol para él con la llegada de Mbappé. En el primer partido oficial, con el primer título en juego, el técnico optó por el tridente formado por el francés y el brasileño. Jude debía formar en medio campo con Tchouaméni y Valverde, con más libertad que ellos, pero sin pasarse. El resultado fue una desconexión absoluta entre la parcela ancha y la ofensiva.
Todo cambió en la segunda mitad. Con un 4-1-2-3 más claro, y con los espacios que fue dejando la Atalanta con el paso de los minutos, Bellingham y Valverde pudieron explotar sus condiciones de llegadores dejando el trabajo sucio para Tchouaméni. Es ahí donde inglés y uruguayo marcaron diferencias. Especialmente el primero, generador de todas las acciones de peligro.
"No me importa dónde jugar. Tampoco era delantero el año pasado. Me siento cómodo en cualquier posición para ayudar a mi equipo. Es más fácil marcar goles si juego más cerca de la portería contraria, pero tal vez esta temporada me tendré que adaptar. Me parece bien, quiero hacerlo bien", dijo tras la final Jude.
Por detrás del punta, pero no muy lejos de él, pudo crear y asistir, pudo rematar, pudo hacer lo que quiso. Por eso acabó con un 8.5 en las calificaciones Flashscore. Y por eso estaba feliz, porque hizo bien su papel de asistente. "Está muy bien haber participado en su primer gol y espero darle (a Mbappé) más de una asistencia en lo que queda de temporada".
