Víctor Laguardia (33) cuelga las botas tras más de una década en LaLiga. Considera que ha llegado el momento de abandonar el deporte rey pese a que sus compañeros de profesión acostumbran a esperar algo más, conscientes del gran cambio -a nivel profesional, claro, y personal- que supone. El apartado económico suele estar muy presente a la hora de prolongar al máximo la carrera, sobre todo cuando se opta por coger un avión, atravesar miles de kilómetros y ganar un buen puñado de miles de euros.
En un acto de honestidad, el central ha comunicado su adiós a través de una extensa carta que ha publicado el propio Deportivo Alavés en sus canales oficiales. Conviene recordar que tenía contrato hasta el 30 de junio de 2024 y, a modo de anécdota, que había sido suspendido con cuatro jornadas por agarrar a un árbitro en la vuelta de los playoffs contra el Levante. Conocido este drástico giro de dirección, se confirma, como le ocurrió a Gerard Piqué, que no cumplirá dicho castigo.
El aragonés salió de la cantera del Real Zaragoza, con cuyo primer equipo consiguió jugar, especialmente durante la campaña 2013/14. Antes de que llegara a Mendizorroza, defendió los colores de la UD Las Palmas y el Alcorcón, en ambos casos en Segunda. Apenas estuvo una temporada tanto en el conjunto canario como en el madrileño, nada que ver respecto a su etapa como albiazul, ya que ha disfrutado durante nueve años. Este último curso, el peor para él en lo que a participaciones se refiere.
El comunicado de Laguardia
Faltaban solo unos minutos para jugar uno de los partidos más importantes de mi carrera y me atreví a lanzar un mensaje a mis compañeros, a mis amigos, a un grupo y un equipo que buscaba volver a hacer historia. Un viejo amigo me había dicho que el Deportivo Alavés es “experto en liarla” y todos sabemos lo que ocurrió.
Me dispongo a escribir estas palabras para las que difícilmente uno está preparado. Porque nunca las esperas pronunciar. Porque hoy ha llegado el día de anunciaros que la decisión está tomada: voy a retirarme del fútbol como jugador profesional. Y aquí me veo, frente a un papel en blanco y una despedida difícil, pero bien meditada.
Esto nunca puede ser un punto y final, quizá un punto y aparte en mi trayectoria vital, porque me siento uno más de los teñidos de albiazul con cuerpo y mente vitorianos. Llegué a Vitoria-Gasteiz siendo un joven con ganas de comerse el mundo y de acumular sueños… ¡y vaya si los he cumplido!
En 2014 aterricé en el Deportivo Alavés dando un nuevo paso en mi carrera y jamás pensé que sería el definitivo. Con el tiempo he construido aquí mi casa. Sencillamente, porque hicisteis de esta mi casa.
Quiero dar las gracias a todas las personas que durante este bonito camino me habéis acompañado. Juntos hemos honrado a este club. Compañeros, trabajadores y, sobre todo, afición, habéis hecho que Víctor Laguardia haya sido el jugador y la persona que ha sido en esta larga y feliz etapa.
Ha habido momentos buenos y otros no tan buenos, pero día a día, entrenamiento a entrenamiento, partido a partido… siempre he tratado de dar el máximo por este escudo y por estos colores. Lo he dado todo por el Deportivo Alavés y desde este momento se abre para mí una nueva etapa.
Es hora de dar un paso a un lado. Y lo hago con el mayor orgullo por lo que tengo a mi alrededor, por lo que he vivido en estos años en Vitoria-Gasteiz y por lo que supone haber podido representar a este centenario club en un pedacito de su historia. Porque no entendería mi vida sin el Deportivo Alavés y espero haberlo demostrado en esta etapa como albiazul. Tened claro que lo seguiré haciendo desde donde me toque. Seré uno más de vosotros siempre.
Ese es el camino que he elegido.
¡¡Aupa Alavés!!