Un duelo de pasado y presente
Real Valladolid y Espanyol han protagonizado un partido que reaviva el recuerdo de un ascenso conseguido después de una temporada complicada. Los problemas entre el entrenador y la directiva con la grada o los vaivenes de la propiedad del sexto equipo con más temporadas en Primera División dificultaron las dinámicas deportivas de ambos clubes. Dos equipos históricos que han homenajeado un título olvidado en el fútbol español conseguido por el equipo vallisoletano en la década de los ochenta, la Copa de la Liga.
Lo que el año pasado era un partido por todo lo alto en la Liga Hypermotion nos deja dos equipos que comparten, a priori, el mismo objetivo en La Liga EA Sport. Bordear el descenso y escalar lo máximo posible en la clasificación es la misión que han establecido Pezzolano y Manolo González.
Pucela avisó y castigó
El espíritú campeón y la vuelta de los locales a primera ha entrado directamente en el cuerpo de los jugadores que han iniciado el encuentro. Los de Pezzolano han buscado desde el primer minuto la portería de Joan García. Eray Cömert, tras una prolongación dentro del área de Javi Sánchez, ha exigido a Véliz, que se ha esforzado para desviar el cabezazo del suizo debajo de los palos.
Pucela ya había avisado y quién avisa no es traidor. Otra desconexión perica en medio campo ha dado alas a los locales. Los caballos de batalla iban sin rienda y Raúl Moro no se lo ha pensado. Una conducción vertical unida a un recorte y un disparo abajo buscando hacer daño ha acabado dentro de la portería tras ser desviado por Sergi Gómez.
Un remate de cabeza de Amath Ndiaye que ha acariciado el larguero en los últimos suspiros de la primera mitad ha dejado con un hálito de vida al club catalán, que debía cambiar mucho para poder competir con el equipo blanquivioleta en el segundo tiempo.
Mismo guión, mismo reparto... la misma película
Manolo González, consciente de que la película tenía que cambiar, ha buscado un giro en el protagonismo agitando el avispero y haciendo cambios en los primeros minutos de la segunda mitad.
Sin embargo, Raúl Moro era perfecto para el papel. Su actuación dentro del contexto del partido era ideal. Un ida y vuelta donde sus habilidades individuales seguían destacando por encima del resto del elenco.
Al Espanyol casi le sale el plan a pedir de boca justo antes de que los jugadores se aproximasen a la zona de banquillos por la pausa de hidratación. Un chut de Irvin Cardona, que se ha marchado a la derecha de la portería de Hein, casi amarga la función del equipo castellano.
Los esfuerzos pericos no surtieron efecto a pesar de elevar la intensidad. No consiguieron exigir al primer portero estonio de La Liga y los tres puntos se quedaron en Valladolid.
Jugador Flashscore del partido: Raúl Moro
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