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Simeone continúa su particular vía crucis ante el Barcelona: siete empates y 10 derrotas

David Olivares
Diego Pablo Simeone, en rueda de prensa
Diego Pablo Simeone, en rueda de prensaClub Atlético de Madrid
El Cholo sigue sin ganar a domicilio ante el Barça. No ha podido conseguirlo en el Camp Nou y tampoco en su primera visita a Montjuïc.

Pese a que el Atlético de Madrid lo intentó y tuvo dos claras ocasiones para irse de la Ciudad Condal con algo positivo, volvió a tropezar con la misma piedra. Memphis Depay estuvo a punto de colocar en la escuadra un magistral lanzamiento de falta y Correa tuvo un remate a quemarropa. Ambos toparon con un soberbio Iñaki Peña.

Pero no es la primera vez que ocurre. El Atleti tiene un problema cuando se enfrenta al Barça, especialmente cuando lo hace a domicilio. Y es que pese al excelente momento de forma que atraviesa el equipo, clasificado para octavos de final de la Champions y tercero -ahora cuarto- en Liga con un partido menos antes de visitar la Montaña Mágica, ese ambiente optimista se ha desinflado.

Queda mucha Liga y el Atleti sigue aspirando a todo, pero no deja de ser un golpe moral caer justo cuando podías acercarte a Real Madrid y Girona.

Los buenos recuerdos del Cholo

Mientras que Xavi ha ganado los cuatro partidos de Liga que ha dirigido ante el Atleti, el bagaje de Simeone es muy diferente. Cinco victorias (todas en Madrid), 11 empates y 20 derrotas. En Barcelona, cero victorias, siete empates y diez derrotas.

No obstante, Simeone guarda un buen recuerdo de sus visitas al estadio del Barça. Quizás el mejor de su carrera como entrenador. El 1-1 de la 2013-2014 en el Camp Nou con el mítico testarazo de Godín certificó la décima Liga del Atleti. Fue un empate pero valió un título, que llevaba esperando la afición colchonera 18 años.

Además, esa misma temporada, en Champions el 1-1 de la ida contribuyó junto al 1-0 de la vuelta en el Calderón a que el Atlético de Madrid se clasificara para semifinales en un año en el que sólo cayeron en la prórroga de Lisboa en la final ante el eterno rival.