Take arma el taco en Sevilla y la Real Sociedad confirma su recuperación (0-2)

César Suárez

Take Kubo celebra el primer gol de su equipo en SevillaFran Santiago / GETTY IMAGES EUROPE / Getty Images via AFP

La Real Sociedad ha sumado su tercera victoria a domicilio en LaLiga, mostrando su mejor versión una vez más lejos de su casa. Con Take Kubo en plan estelar y con los goles del propio japonés y de Oyarzabal de penalti, los txuri-urdin derrotaron a un Sevilla sin mordiente ofensiva, preso de sus errores atrás y que, además, perdió por lesión a Idumbo.

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Después de escuchar el himno valenciano antes del partido en homenaje a las víctimas de la DANA, la Real Sociedad le robó el protagonismo al Sevilla, sacando el balón de manera aseada a pesar de la presión avanzada de los de García Pimienta. Sin embargo, les faltaba dar la puntilla en ataque, donde Pedrosa se multiplicaba para frenar a un inspirado Kubo. En esas, intentando sujetar al japonés, se rompió Idumbo.

Entró Jesús Navas en su lugar, pero apenas cambió el guion con unos encerrados atrás a la espera de una contra que no llegaba, y otros amasando la bola pero sin obligar a Álvaro Fernández a ganarse el sueldo.

Ante ese cerrojazo, el único recurso útil para los de Imanol fue el de las individualidades. Y qué recurso. Kubo, quién si no, recibió en su banda, trazó la diagonal con sus amagos... y Take armó el taco dejando por los suelos a Pedrosa para soltar un latigazo imparable que no se apreció bien ni a cámara lenta. Qué misil. Qué golazo.

Con el 0-1, el Sevilla intentó estirarse con Lukébakio e Isaac apareciendo por fin ante Remiro, pero sin rematar entre los tres palos.

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Marcao, con futuro en la UFC

Al regreso al césped del Pizjuán, los txuri-urdin gozaron de varias oportunidades para doblar su ventaja. Kubo seguía amargando a Pedrosa, pero no sólo era él. Sergio Gómez intentó un gol desde su campo, Brais disparó rozando el palo, Carmona evitó en el último suspiro que Oyarzabal rematase a placer... hasta que superada la hora de acción a Marcao le dio por imitar a Ilia Topuria. Rebasado por Zubimendi, el central brasileño alargó su brazo como una barrera de párking para detener al realista, al que casi le corta el cuello. Penalti clarísimo y 0-2, obra de Oyarzabal.

Era de esperar, aunque fuese por amor propio, un arrebato del Sevilla en la recta final para, al menos, poner en duda la victoria visitante. Pero ni siquiera a puerta vacía fue capaz Iheanacho, tras un regalo de la defensa, de marcar. Con lo que prometía este jugador en Inglaterra...

Al final, 0-2 y justo triunfo para los donostiarras.