La segunda etapa de Denis Suárez en el Villarreal está marcada por las lesiones. Amistosos aparte, sólo disputó cinco encuentros en la pasada temporada. Esa reducida cifra de participaciones debería de quedar atrás en el presente curso, aunque de momento sólo puede conformarse con una titularidad y dos ratos sueltos en los encuentros ante Barcelona y Espanyol, cuyas camisetas vistió en tiempos pretéritos.
El mediapunta, que tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2026, ha estado casi un año sin jugar en alguna de las competiciones oficiales. La sequía se frenó el pasado 22 de septiembre con motivo de su intervención durante la goleada culé en La Cerámica, una dolorosa derrota que ya queda en el recuerdo del jugador como escenario de su esperado regreso. Apenas unos días más tarde, volvió a salir desde el banquillo frente al plantel perico.
Ser titular de nuevo era todo un paso adelante para Denis, que sólo pudo conformarse con jugar tres cuartos de hora. Era previsible que abandonara el terreno de juego a lo largo de la segunda mitad, pero más cerca del minuto 60 que del tiempo de asueto. El propio Marcelino García Toral confirmó después que volvió a sufrir un nuevo problema físico: "Esperemos que sea leve, porque el pobre parece que lleva una racha malísima".
Lo cierto es que la salida de Suárez no le sentó demasiado mal al conjunto groguet, y no por su falta de rendimiento (7.4 según la valoración de Flashscore), sino por la aparición estelar de Baena. El campeón de la Eurocopa y oro olímpico en París 2024 fue el gran protagonista a lo largo de la segunda mitad: falló un penalti, dio una asistencia -es el mejor de entre las cinco grandes ligas en lo que va de año- y marcó uno de los goles (3-1).