Una leve mejoría con un precio muy alto
El Real Madrid mostró una cara diferente ante el Villarreal. Aquel equipo soso, desgastado y sorprendido que se vio en Francia se quedó en Lille. El sábado, con la presencia de Toni Kroos desde uno de los palcos del Santiago Bernabéu, los merengues dibujaron un juego atractivo. El partido se puso de cara con un cohete de Fede Valverde -ayudado por Álex Baena en un rebote- durante la primera mitad.
El Villarreal, con su doble línea de cuatro y con la potencia de sus delanteros, le complicó el partido en algunos tramos a los blancos. Un remate en el larguero, por ejemplo, detuvo la respiración de los presentes en el coliseo de Chamartín. Los de Marcelino lograban salir con el balón y llegaban con facilidad a la portería defendida por Lunin, relevo del lesionado Courtois.
En la segunda mitad el encuentro entró en terreno pantanoso: pérdidas en el medio campo, regates de un lado y del otro que no llegaban a ninguna parte y los dos arqueros con pocas acciones que responder. En ese momento, Vinicius Jr se inventó un golazo con un remate desde la frontal que venció a un Diego Conde adelantado. El brasileño festejó hasta que se retiró sustituido con problemas cervicales.
El punto más doloroso para el madridismo ocurrió en el último minuto de partido. Dani Carvajal chocó con Yeremy Pino al intentar despejar un balón. La pierna del lateral derecho merengue se quedó enganchada y en la mañana de este domingo los blancos confirmaron que sufre una triple rotura, una baja más que delicada para el cuerpo técnico de un Carlo Ancelotti que sale de una rotura de ligamento para entrar en otra.