Tras recibir el alta hospitalaria en la madrugada de este jueves después de tres días de ayuno voluntario y de encierro en una iglesia de Motril (Granada), la madre de Luis Rubiales ha puesto fin a su huelga de hambre.
Ángeles Béjar ya se encuentra descansando junto a sus familiares en un lugar desconocido después de abandonar el hospital adonde había sido trasladada después de su decisión de no ingerir alimentos.
Su intención fue la de que parase "la cacería" contra su hijo, el ya suspendido presidente de la RFEF, por el beso que le dio a Jennifer Hermoso en la celebración del Mundial femenino. Algo que no ha conseguido, pues las concentraciones contra la actitud de Luis Rubiales no han cesado y, de hecho, siguen produciéndose por toda la geografía española.
Incluso en Motril, el pueblo donde vive ella con el resto de su familia, hay organizada una para este viernes en apoyo a la jugadora y en contra del exdirigente.