Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

La superpoblada plantilla del Chelsea, un problema de ricos

AFP
Maresca ha tenido que tomar difíciles decisiones
Maresca ha tenido que tomar difíciles decisionesEDDIE KEOGH/GETTY IMAGES EUROPE/Getty Images via AFP
La llegada de nuevos fichajes al Chelsea está ralentizando los primeros pasos de Enzo Maresca, entrenador encargado de gestionar una plantilla superpoblada y de mostrar la puerta de salida a los no deseados, todos unidos en un 'Equipo Bomba' de varios millones de euros.

Cada verano se repite la misma fórmula: el copropietario estadounidense Todd Boehly y sus socios, llegados a Londres en mayo de 2022, gastan sin control para intentar reconducir una situación deportiva con poco brillo para los 'Blues', sextos la pasada temporada en Premier League.

La decena de jugadores que han aterrizado en Stamford Bridge durante esta ventana de fichajes ha elevado el total de los gastos a 1.400 millones de euros desde la salida del expatrón ruso Roman Abramovich, según los medios especializados.

Estos recién llegados han creado un atasco en el vestuario, un problema de ricos que se ha convertido en el tema principal durante las ruedas de prensa de Maresca.

"No trabajo con 42 jugadores (número de jugadores que aparecen en la web del Chelsea), trabajo con 21", respondió el italiano esta semana. "No es el caos que parece desde el exterior", añadió.

Sterling, apartado

El ruido mediático sobre este tema aumentó de volumen cuando Raheem Sterling, uno de los futbolistas más conocidos en Inglaterra, no entró en la convocatoria para el primer partido de la temporada contra el Manchester City (derrota 2-0).

"El caos continúa mientras Boehly, confundido, sigue buscando el alma del club", escribió el diario The Guardian. El Daily Mail fue más contundente: "185 millones de libras gastadas este verano, 10 fichajes y 43 jugadores en el equipo pero... siguen sin conseguir marcar gol".

Maresca, como su predecesor argentino, Mauricio Pochettino, se encuentra expuesto en la primera línea y dejado a su suerte a la hora de justificar la política de fichajes del club del oeste de Londres.

Empezó siendo prudente al respecto, pero ha ido subiendo el tono a medida que era preguntado sobre los jugadores a los que ha ido dejando de lado, pese a tener contratos a largo plazo con el Chelsea.

"Ese no es mi problema", atajó. "Si tienen un contrato de seis años y a mi no me gustan... pueden tener un contrato de 20 años, a mí me da igual. Estoy aquí para tomar las decisiones correctas para el equipo, nada más".

Asegura haber sido "honesto" y no "brutal" en las conversaciones individuales que ha tenido con los jugadores no deseados, como el propio Sterling o el lateral izquierdo Ben Chilwell.

Desequilibrios

El club inglés busca también salida, por cesión o venta, de Kepa Arrizabalaga, Armando Broja, Trevoh Chalobah y sobre todo Romelu Lukaku, el atacante belga fichado en 2021 por cerca de 115 millones de euros.

Algunos de estos jugadores entrenan apartados del grupo, bajo la dirección del exguardameta Carlo Cudicini.

La prensa ha rebautizado como 'Equipo Bomba' a este conjunto de 13 jugadores por los que el Chelsea se gastó cerca de 300 millones de libras en total por sus fichajes.

El mercado de fichajes cerrará en Inglaterra dentro de una semana, el 30 de agosto, lo que deja a los 'Blues' poco tiempo para aligerar un grupo que, pese al amplio número de efectivos, presenta graves desequilibrios.

Maresca cuenta con numerosos defensas centrales y demasiados jugadores para el centro del campo y los extremos, con hasta ocho jugadores disputándose dos posiciones (Sterling, Palmer, Nkunku, Mudryk, Madueke, Gabriel, Neto y Joao Félix).

Al contrario, en el lateral izquierdo o en la punta del ataque, las opciones son mucho más limitadas, y el joven español Marc Guiu (18 años) deberá ejercer de suplente de Nicolas Jackson.

A la espera de los últimos movimientos del mercado, hay un partido que ganar el domingo (15 horas) en Wolverhampton. Todo lo que no sea una victoria, podría aumentar el ruido en un inicio de temporada agitado.