Dos partidos de sanción para Cheikh Sarr por su expulsión en Sestao

Ya se conocen las sanciones para todos los implicados en el altercado que tuvo lugar en el campo del Sestao River y que terminó con el Rayo Majadahonda retirándose del encuentro en apoyo a su guardameta Cheikh Sarr, que había sido expulsado tras enfrentarse a un aficionado que le dirigió insultos racistas.

Tras todo lo relatado por el colegiado del choque en el acta, los castigos se han dado a conocer. El cancerbero africano, sobre todo, ha recibido finalmente un trato benevolente, puesto que sólo estará expulsado durante dos jornadas, algo que celebrar teniendo en cuenta que la pena podría haber comenzado en ocho partidos.

La sanción al portero se ha impuesto "por conducta contraria al buen orden deportivo, con multa accesoria en cuantía de 90€ al club y de 600€ al infractor", según el Artículo 129 del Código Disciplinario.

Finalmente, el Rayo Majadahonda tendrá que abonar una multa de 3.006 euros y se le contabilizará el encuentro perdido por 3-0, además se le retirarán tres puntos en la clasificación (artículo 80.1.b y 3, en relación con el 82, del Código Disciplinario de la RFEF).

Por su parte, el Sestao pagará una multa de 6.001 euros y tendrá que disputar a puerta cerrada los dos próximos partidos a celebrar en el Campo Municipal de Las Llanas (artículos 75.2.3 y 75.2.5 del Código Disciplinario de la RFEF).

Sarr vuelve a pronunciarse

Cheikh Sarr, que compareció ante los medios de comunicación ayer para pronunciarse acerca de lo sucedido, ha vuelto a dar la cara con un comunicado en sus redes sociales:

"Quiero agradecer las muestras de apoyo y solidaridad que he recibido de mi equipo, de mis compañeros, de los aficionados alrededor del mundo y de los amantes del fútbol desde que el sábado viviera uno de los peores momentos de mi carrera deportiva. En Las Llanas tuve que soportar que una pequeña parte de la afición me insultara por mi color de piel. Fue un hecho lamentable del que, por desgracia, no solo yo he sido víctima estos días. Nada de esto tendría que estar ocurriendo en pleno siglo XXI.

Mi hija se merece un mundo mejor, donde el racismo no tenga cabida. Lucho y lucharé por ella. Debemos hacerlo por nuestros hijos para que nada de esto vuelva a suceder y solo sea una lacra del pasado. Ni yo ni nadie debería sufrir insultos racistas como los que tuve que oír. Es del todo inadmisible. Lo peor es que mi reacción también lo fue.

Siento enormemente que mi comportamiento no estuviera a la altura de quienes me han defendido desde el primer momento, especialmente mi equipo al que quiero pedir disculpas, por lo que pudiera acarrear mi reacción desmedida. Por una vez dejé de pensar en el colectivo. Estoy seguro de que será la justicia la que deberá poner a todos en su sitio. También a los racistas".