Visiblemente molesto con la entrada en liza en la competición de los Diablos Rojos, a los que reprochó el abuso de balones largos mientras los canadienses dejaban espacios en el centro del campo, el líder belga llamó al desquite colectivo en el partido del domingo contra Marruecos.
"Creo que podemos mostrar más coraje, ser mejores con el balón y mejorar nuestro rendimiento. Individualmente, es lo mismo: yo estaba al nivel de juego del equipo, es decir, por debajo de la media, y espero hacerlo mucho mejor", afirmó De Bruyne.
Tercero en la clasificación del último Balón de Oro, el mediocampista de 31 años ha reconocido que la selección belga no puede "jugar de la misma manera que el Manchester City", donde milita desde hace siete años y donde los jugadores tienen tiempo para trabajar sus automatismos.
"Como equipo nacional, tienes que adaptarte a los jugadores que tienes. ¿Si me frustra a veces? Sí, pero debería mostrarlo menos, aunque busque la perfección", explicó.
Pero, De Bruyne "se preocupa a veces" por el nivel de juego de los belgas, terceros del Mundial de 2018 conducidos por una "generación dorada" ya envejecida: "Hace ya mucho tiempo que no estamos en el mejor nivel y creo que el equipo puede hacerlo mejor (...), siento que hay potencial".