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La decadencia de Eden Hazard, un fantasma sobre el campo

César Suárez
Eden Hazard, saludado por Ancelotti durante el partido ante el Celtic de Champions
Eden Hazard, saludado por Ancelotti durante el partido ante el Celtic de ChampionsAFP
Eden Hazard (31) volvió a saborear la titularidad con la camiseta del Real Madrid. Fue en Copa del Rey, ante un equipo que milita en la 2ª RFEF, tres categorías por debajo de la de los blancos. O eso dicen las hojas de partido porque su aportación fue, y ya van unas cuantas, nula. 

En plena euforia por el doblete de Champions y Liga, reconociendo que su aportación a ambos títulos fue nula, Eden Hazard tiró de honestidad ante miles de aficionados madridistas. “La próxima temporada voy a dar lo mejor de mí mismo”, prometió. 

Siete meses después, el belga continúa sin cumplir su palabra porque es imposible que esta versión de la 22/23 sea la mejor de él. Retirado ya de su selección después del enésimo fiasco de los Diablos Rojos y de él mismo como capitán y jugador, Hazard va por su cuarto año como madridista con más pena que nunca. Porque ya no hay lesiones ni molestias en el tobillo que le frenen. Ya no hay excusas. Pero cada vez que salta al terreno de juego muestra una imagen muy alejada de aquel que no hace tantos años deslumbraba con la camiseta del Chelsea. 

De falso 9... a falso jugador

Ancelotti intentó en verano que fuese quien cubriese las ausencias de Benzema como 9. No funcionó y tanto Asensio como Rodrygo le pasaron por delante. Incluso el canterano de 18 años Álvaro Rodríguez, su sustituto ante el Cacereño, ayudó más al equipo que él. Tampoco era tan difícil: cero disparos a puerta y cero regates ante rivales amateurs

Hazard lleva jugados con el Real Madrid este curso tres encuentros de Liga en los que acumula un total de 96 minutos. Su última aparición en esta competición data del 11 de septiembre. También ha disputado otros tres duelos en Champions con 131 minutos. En el primer encuentro europeo, ante el Celtic, anotó un gol y dio una asistencia. Y en la Copa hay que añadir esos 67 minutos ante el Cacereño en la Copa del Rey en los que su aportación fue nula. 

Contrato hasta 2024

Peor que esos números son sus sensaciones. Da igual que se filtre desde el propio club, que está deseando desprenderse de su mastodóntico contrato, que está muy implicado en los entrenamientos, como nunca. La realidad es que cuando aparece por un terreno de juego no es ni la sombra del que fue.

Su vinculación llega hasta el 30 de junio de 2024 y el Real Madrid sabe que es un caso perdido por mucho que hayan intentado colocarlo en el mercado incluso haciéndose cargo de una gran parte de su ficha. Ni por esas ha habido club que haya entrado por el aro. 

Veremos si la tendencia cambia en este ya abierto mercado de fichajes.