Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Las Águilas de Cartago se despiden con honor de la Copa del Mundo tras vencer a Francia

Rafael Gómez
Túnez supera a Francia por 1-0
Túnez supera a Francia por 1-0AFP
Un solitario gol de Khazir le entrega a los africanos un triunfo histórico que deja un sinsabor. La victoria de Australia evita su pase a los octavos de final. Griezmann anota en el tramo final del encuentro pero el VAR no sube la acción del colchonero al marcador

Intensidad, potencia, eficacia. Túnez fue uno de esos que, sin mayores esperanzas, han dado la sorpresa. A pesar de la eliminación, los africanos dejaron imágenes épicas en Oriente Próximo y, con un esquema en donde la juventud prevalece, ilusiona a una región que, hasta ahora, solo tiene a Senegal como representante en los octavos de final. 

El no depender de sí mismo es un tiro al aire. A veces sale bien, otras, no tanto. Túnez terminó encajando en la segunda sentencia. El equipo manejaba leves opciones de avanzar. Necesitaba, en primera instancia, superar a Francia y, acto seguido, esperar un empate entre Australia y Dinamarca. 

El trabajo de Túnez en los primeros suspiros contra los galos fue fantástico. Empezó con presión alta. Complicó la salida de balón de Francia. Aprovechó la oportunidad que le entregó Didier Deschamps al rotar la alineación

Sin obligaciones

Francia ya había hecho su tarea. Clasificó el sábado cuando, después de una excelsa presentación de Kylian Mbappé, derrotaron con solvencia a Dinamarca, la gran decepción del grupo. 

Les blues querían en esta jornada encontrar dos cuestiones: una, minutos para los jugadores que, ante la exigencia, no gozaron de espacio en los dos primeros choces. Dos, descanso y así evitar nuevas lesiones de última hora. 

El resultado era lo de menos. Didier Deschamps, campeón del mundo como jugador y entrenador, no quiso riesgos. Alternó la titular. Observó el dominio de Túnez en el amanecer del encuentro y, en lugar de desesperarse, se mantuvo en el guion. 

La primera parte terminó con un claro dominio africano. La intensidad de Túnez era máxima. La de Francia, leve. Sin rodeos ni contratiempos. Varane capitaneó a la plantilla. Mandanda Sustituyó a Lloris. Mbappé y Griezmann estaban en el banquillo de suplentes.

Túnez no cambió la estructura en la segunda mitad. Salió con más fuerza que en la instancia anterior. Evitó que los centrocampistas galos circularan la pelota. No le entregó espacios a los delanteros para correr. En sí, el planteamiento era formidable. Tanto así que, en el minuto 58, Khazri superó a Mandanda con un remate mordido que se coló por el costado derecho del portero del Marsella. 

La victoria estalló los ánimos de las gradas tunesinas. La fe era la sensación que transmitía el equipo. El pase a los octavos de final estaba a la mano. Sin embargo, Túnez no tenía el poder. Se había equivocado en el primer partido. Australia, por su parte, dependía de sí mismo para sellar su clasificación. 

En el segundo partido en simultánea, los australianos marcaron. La intensidad era palpable. Se respiraba. El ímpetu de Túnez disminuyó. Didier Deschamps, consciente del resultado entre oceánicos y daneses, lanzó dos modificaciones mortales: Griezmann y Mbappé saltaron al campo. 

Las conexiones entre Griezzman y Mbappé se hicieron notar desde su aterrizaje en Rayyan. Los pases rápidos, la velocidad y la técnica hacían estallar a la defensa tunesina, que no aguantó y que vio como Griezmann anotó en el minuto 90+8 un gol que, en un principio, cortó la respiración de los africanos. 

El atacante del Atlético de Madrid marcó en posición antirreglamentaria y, después de varios minutos de suspense, el VAR no aceptó el tanto. Túnez ganó un partido difícil y además puso en sobreaviso a una Francia confiada. Australia hizo su labor y dejó a los africanos con un sabor amargo que no puede calmar una victoria. Superar al Campeón del Mundo no evitó la eliminación. Les blues y los australianos avanzan, sin mayores contratiempos, a la siguiente ronda de la competición.