Los octavos de final, una barrera indestructible para Suiza en el presente siglo
La noche del martes no fue nada buena para Suiza, que dijo adiós a Catar de la peor forma posible, aunque es cierto que deja incluso un regusto peor caer como lo hizo España, en penaltis y contra un equipo inferior. Los de Murat Yakin se llevaron el gustazo de vencer a Serbia (2-3) en un partido de máxima rivalidad, una alegría menor para algunos y máxima para otros, pero fueron aplastados por la Portugal de Ronaldo... con el '7' en el banquillo. La gran figura del encuentro, su recambio (por decisión técnica): Gonçalo Ramos.
La derrota tampoco pilla por sorpresa, sí las formas, por varios motivos: la superioridad indiscutible de los lusos y la historia negra del combinado suizo en este torneo. Los de Fernando Santos cuentan con una gran plantilla e incluso se permiten el lujo de sentar a su máximo goleador histórico porque la generación que viene es lo suficientemente buena para alcanzar el billete a cuartos, aunque aún resisten viejas glorias como Pepe, fundamental en el triunfo por su buen hacer defensivo y su gol en la primera mitad.
Una trayectoria frustrante
El país con capital en Ginebra se ha topado con los octavos en varias ocasiones, muchas de ellas recientes. Ya en 2018 cayeron derrotados por Suecia (1-0) en esa misma ronda, igual que en la anterior edición, por el mismo resultado, frente a Argentina. Peor se le dieron las cosas en 2010, pese a ganar a la luego campeona del mundo (España) en la primera jornada, porque no superaron la fase de grupos. También cayeron en la ronda previa a los cuartos de final allá por 2006, frente a Ucrania y en penaltis tras empatar a cero. No supo tan mal aquello, pese al doloroso desenlace, porque ni siquiera participaron en el Mundial de 2002.