Nadal confiesa que llegó a llorar cuando Federer ganó Roland Garros en 2009
Nadal (36) ha concedido una entrevista al programa Tiempo de juego de la Cadena Cope, donde ha comentado la actualidad marcada por la retirada de Federer (41) en la Laver Cup que se ha disputado este pasado fin de semana y ha recordado una serie de anécdotas curiosas relacionadas con el suizo.
Sobre la emoción vivida en el O2 de Londres, en la que la emotividad y las lágrimas fueron el denominador común entre los jugadores, el español ha afirmado lo siguiente: "Se juntaron muchas emociones. Han sido muchos años de poder disfrutar de uno de los mejores deportistas de siempre, no solo por sus títulos, sino por su forma de conseguirlos. En la historia no se ha visto a nadie hacer algo de una manera tan elegante, majestuosa y con tanta facilidad. Hacerlo tan bonito y ganar tanto es algo que no creo que se vuelva a repetir".
La rivalidad entre ambos a lo largo de los años ha ido evolucionando, algo lógico ya que ambos han ido madurando desde su primer enfrentamiento en el Masters 1000 de Miami de 2004 hasta hoy. "Todo tiene sus etapas. Ha sido una relación que desde el principio fue buena y con el paso de los años se ha fortalecido. Las personas normales aprecian al rival siempre y cuando sea buena gente. Con los años, uno se da cuenta de que al final se ha vivido algo especial y ha hecho que mucha gente se haya interesado por este deporte. La rivalidad ha hecho que nuestra relación personal haya sido más importante que la profesional. Desde hace años nuestra amistad se ha fortalecido, hemos tenido que estar más unidos que al principio y, gracias a ello, hemos hecho cosas buenas. Estar juntos en el consejo de jugadores para dejar el tenis en una buena posición ha hecho que hayamos tenido que hablar mucho y pasar muchas horas juntos, aunque a veces tengamos opiniones diferentes" ha afirmado el mallorquín, que cree que "se ha creado un vínculo de amistad que va a perdurar".
"Cuando eres joven te preocupa ganar y ser mejor que el otro. Con los años, tanto él como yo, con las vivencias que hemos compartido, alegrías y decepciones, hemos llegado a un punto en el que hemos apreciado especialmente nuestros partidos", ha comentado Nadal, que recuerda la final de Wimbledon de 2008, considerada por muchos como el mejor partido de la historia del tenis, como su partido más importante "por todo lo que significó", así como la final del Abierto de Australia de 2017 "porque habíamos estado lesionados los dos y volvimos a posicionarnos en un lugar de privilegio".
El de Manacor ha dicho que no es demasiado asiduo a las redes sociales y por eso no ha visto las fotos de Fedal llorando juntos el pasado viernes, pero que considera normal la emoción del momento: "Soy una persona sensible, así que cuando ves alguien a quien aprecias, es difícil no emocionarse y se me fue un poco de las manos porque fue difícil gestionar ese momento, aunque cuando llegué a mi habitación me volví a emocionar por todo lo que se vivió".
Nadal ha relatado cómo han sido las últimas semanas y ha revelado que él ya conocía la intención del suizo de retirarse en la Laver Cup: "Me lo dijo 10-15 días antes de anunciarlo y no sabía si iba a poder jugar por sus problemas de rodilla. Quedamos en hablar una semana después. Él sabe que mi situación personal me impide estar fuera de casa mucho tiempo y que normalmente me habría sido difícil estar en la Laver Cup, pero jugar con él su último partido era una situación excepcional y le dije que, si podía, iba a estar con él en su despedida si mi situación me lo permitía".
El balear ha afirmado que se emocionó por "el momento, la admiración y el respeto que siento por Federer" y no por verse reflejado en la despedida de su amigo, ya que todavía ni se plantea ni se quiere plantear su propia retirada, aunque ha comentado que "mi momento llegará dentro de X, y sabemos que con 36 años y medio estoy en la recta final de mi carrera".
Anécdotas de los casi 20 años de relación entre ambos
Nadal, que por otra parte no se siente obsesionado por un hipotético partido de exhibición contra Federer en el nuevo Santiago Bernabéu, aunque sí le haría ilusión, no ha recordado haber discutido con el de Basilea dentro de la pista nunca, pero sí fuera de ella en alguna ocasión: "La relación es impecable, pero hemos tenido momentos en los que hemos tenido puntos de vista distintos sobre lo que queríamos en nuestro deporte".
La humildad del español es una de las cualidades que siempre se ha destacado, y para muestra un botón. Allá por 2007, llegaba al Masters 1000 de Hamburgo con una racha de 81 victorias consecutivas sobre tierra batida, casi tres años sin perder, pero el helvético le derrotó en la final. "Cuando llegamos al vestuario tras la final, vi que él se estaba terminando de duchar y le pedí la camiseta con la que había jugado firmada para tenerla de recuerdo", ha recordado. En la camiseta, Federer escribió lo siguiente: "81: felicidades por un récord increíble e inalcalzable, Roger".
Para terminar la entrevista, el zurdo ha recordado la edición de 2009 de Roland Garros, que ganó su amigo y por aquel entonces adversario: "Siendo sincero, no quería que Federer ganara la final porque yo tenía opciones de llegar al número 1 y me iba a pasar en el ranking, pero como soy una persona que ama el deporte y le había ganado de 2005 a 2008 en ese torneo, pensé que se merecía ganar, así que me emocioné porque mas allá de la rivalidad, le tengo aprecio y admiración. Deportivamente me iba mal que ganara, pero lo que significaba para él ganar el torneo tras muchos años intentándolo me hizo emocionarme y llorar porque creo que era el momento justo y lógico para que ganara".